Las Ánimas

  • Ambiente y Localización

    La cultura Las Animas pobló el territorio que abarca desde el río Copiapó por el norte hasta el Limarí por el sur, con sus respectivas franjas costeras. Estos ríos traen abundante agua, con crecidas de invierno debidas a las lluvias y de verano, gracias a los deshielos. Hacia el norte el clima es desértico marginal, con escasas precipitaciones que van en aumento hacia el sur, determinando un clima estepárico.

  • Arte

    Las formas características de su cerámica fueron las escudillas de paredes altas y evertidas, de interior negro pulido y con campos decorativos por el exterior con diseños geométricos en color negro sobre fondo rojo, salmón, crema o amarillo. A partir de esta época, la policromía se incorpora definitivamente en la iconografía de la alfarería. Con valvas de moluscos fabricaron colgantes, recipientes, y tabletas, tubos y espátulas para la ingesta de alucinógenos, mientras que con piedras blancas, combarbalita y mineral de cobre manufacturaron cuentas de collar. Fueron hábiles metalurgistas, especialmente del cobre, con el que confeccionaron variedades de ornamentos corporales, como aros, colgantes, cuentas de collares y pectorales, y herramientas, entre ellas, pinzas depilatorias, anzuelos para la pesca, cuchillos, cinceles y punzones. También plasmaron su arte en pinturas rupestres, representando en color rojo figuras humanas, camélidos, aves y diseños geométricos, además del personaje “el sacrificador”, una figura emblemática de los cultos religiosos andinos, quien porta en sus manos un hacha y una cabeza cortada.

  • Organización Social

    Las variaciones que se observan en los rasgos culturales de los grupos Ánimas de valle en valle , sugiere que podrían corresponder a poblaciones independientes, bajo el mando de líderes y especialistas religiosos, aunque todavía sin grandes diferencias sociales. Por otra lado, la amplia distribución territorial de rasgos culturales comunes, nos indica que pese a dichas variaciones, todos estos grupos se identificaban como parte de un mismo pueblo.

  • Culto y Funebria

    Existió una importante variabilidad valle a valle en la forma de sus cementerios, pero es común la costumbre de sepultar a los individuos junto a guanacos o partes de ellos, quizás asumiendo con ello una función protectora. Aparentemente, los animales eran sacrificados para acompañar al difunto, lo que nos muestra la existencia de una íntima relación afectiva entre el grupo social y sus recursos animales. En los valles de Huasco y Copiapó, los grupos Animas construyeron extensos cementerios con túmulos artificiales rellenos de piedras y ramas, en cambio más al sur esta práctica no se da. Entre las variadas ofrendas que disponían junto a los difuntos, destacan todo tipo de adornos de metal, hueso y concha, además de alfarería y herramientas . Es probable que su religión haya sido de tipo chamánica, donde el consumo de sustancias alucinógenas por inhalación habría sido una práctica ritual común para comunicarse con sus divinidades.

  • Patrón de Asentamiento

    Los asentamientos se sitúan a lo largo del litoral y en el curso de los valles, siendo mínima su presencia en los interfluvios, mucho más desérticos. En la cuenca alta del valle de Copiapó construyeron algunas aldeas fortificadas, asociados a campos de cultivos. En los valles establecieron campamentos menores, donde las evidencias de recursos tanto marítimos como cordilleranos que han quedado, señalan un patrón de desplazamiento transversal en el territorio. Los cementerios se establecieron separados de las aldeas, sobre las terrazas de los valles y más comúnmente en las zonas costeras.

  • Economía

    Las poblaciones Ánimas desarrollaron una economía hortícola con un marcado énfasis en la explotación de recursos del litoral costero. Cultivaban maíz, zapallo y porotos, entre otras plantas alimenticias, y recolectaban los frutos de algarrobos y chañares que molían en morteros de piedra para obtener harina. Para la caza y pesca marítima se contaba, a partir de este momento, con la importante innovación tecnológica que fue la balsa hecha con cueros inflados de lobo marino, lo que les permitió a estos grupos obtener mayor variedad de recursos y especialmente, de mar adentro.

  • Historia

    Los grupos Las Ánimas rompieron en muchos sentidos con el pasado, iniciando una nueva tradición cultural. Los otrora comunes tembetás o adornos labiales de la cultura El Molle, pasaron a desempeñar el papel de amuletos, a veces con agujeros para llevarlos colgados, evidenciando un cambio profundo en sus costumbres. El consumo de alucinógenos se mantuvo, pero las pipas anteriores fueron reemplazadas por el complejo insuflatorio, tan característico de la cultura San Pedro de la región atacameña y de la altiplánica Tiwanaku. La industria alfarera y la metalurgia, a su vez, refleja fuertes influencias estilísticas de los desarrollos culturales trasandinos, en especial de la Cultura Aguada del noroeste argentino, dando cuenta de las estrechas relaciones culturales que hubo entre estos pueblos. El Complejo Las Animas fue el sustrato cultural común sobre el cual se desarrollaron posteriormente con grandes diferencias, las sociedades Diaguita y Copiapó en la región del Norte Semiárido.

Ubicación

Período