El máximo desarrollo artístico de los toltecas se encuentra en el trabajo de la piedra, con esculturas que muestran escenas militares y de sacrificios humanos. Una de las más representativas es el Chacmool , una gran figura sentada en forma reclinada, sosteniendo en el vientre un recipiente y con la cabeza mirando hacia un costado. También destacan los frisos arquitectónicos de Tula, en que se representaron guerreros, algunos animales poderosos como el jaguar, el coyote, el águila y la mítica serpiente emplumada o Quetzalcoatl . Junto a ellos se observa partes de cuerpos humanos como calaveras y huesos largos cruzados. Destacan las columnas talladas con la figura de guerreros provistos de atlatl o estolicas, dardos, escudos y pectorales en forma de mariposa.
El estilo cerámico Tolteca más antiguo y que antecede a la fundación de Tula, conocido como Coyotlatelco , se caracteriza por el color rojo y café de sus vasijas. Más tarde, se desarrolla un tipo de cerámica conocida como estilo Mazapa , cuya dispersión por gran parte de Mesoamérica se asocia a la expansión política de los toltecas. Sus formas alfareras más sobresalientes son escudillas con su interior decorado con líneas rectas u onduladas, pintadas de rojo intenso. A la par del estilo Mazapa, existe una cerámica llamada «Plumbate», originaria de Guatemala, que es una de las pocas alfarerías del Nuevo Mundo con superficies que aparentan estar vitrificadas, gracias a la pintura con pigmentos minerales y su cocción a altas temperaturas.