Museo Chileno de Arte Precolombino

El reino Chimú, con su rígida jerarquía social y grandes concentraciones urbanas emplazadas en uno de los desiertos más áridos del planeta, dependía precariamente de las lluvias altoandinas y las fluctuaciones catastróficas de la Corriente del Niño. En estas circunstancias, es natural que la autoridad de dignatarios y sacerdotes
derivara en gran medida de sus facultades para predecir ciclos agrícolas e interceder por abundancia ante las fuerzas superiores. Esta preocupación se refleja magistralmente en este espectacular atuendo ceremonial de tres piezas, confeccionado con un tejido base en cuyas zonas visibles se fijaron aplicaciones volumétricas, alcanzando un nivel de excelencia técnica y precisión formal raras veces igualado en el arte textil precolombino.
El tejido base organiza el espacio mediante el contrapunto de las dos estructuras que lo conforman -una muy cerrada y otra semi-transparente- constituyendo un primer sustento para una pieza de gran expresividad táctil. Se establece así la relación entre lo virtual y lo concreto, punto inicial de un desarrollo germinal representado por tejidos en volumen de plantas en diversas fases de su ciclo vital. El conjunto ofrece la apariencia de un «jardín», ordenado y exuberante a la vez.
El diseño de las tres piezas se basa en un módulo rectangular con una doble cruz escalonada central y representaciones de un personaje de perfil que porta un cetro en forma de remo y luce un gran tocado. Estos rasgos -plasmados con un esmero y regularidad rituales en toda la pieza- corresponden a Ñaymlap, personaje mítico que habría llegado por mar al valle de Lambayeque, fundando una poderosa dinastía. Por otra parte, la forma de la cruz central coincide con el desdoblamiento de la camisa o con que suele representarse a este personaje en la iconografía Chimú.