Rapa Nui

  • Ambiente y Localización

    La isla de Pascua o Rapa Nui se halla en medio del Océano Pacífico sur, a 3700 km de las costas americanas, aproximadamente, frente al puerto de la ciudad de Caldera. Es de origen volcánico y no posee cauces de agua permanente pero sí subterráneos. Antiguamente, tuvo una masa de bosques importantes, hoy presenta una sabana cubierta por matorrales y arbustos. Su fauna es escasa, todos los animales son introducidos salvo dos reptiles. Contrariamente, su mar presenta una rica diversidad. Su clima es subtropical con una temperatura media de 21°C.

  • Economía

    Se basa en la agricultura, complementada por productos marinos (pequeños moluscos y peces, el atún principalmente). Esta actividad –que debió ser más importante durante tiempos prehistóricos- se realizaba con redes, lienzas, trampas y anzuelos de hueso, madera y piedra. Se cultivaban especies traídas por los primeros colonizadores de la isla: diversas variedades de ñame y de batatas, taro, plátano, caña de azúcar, entre otras especies.

    También plantas de utilidad y de adorno como las calabazas, el ngaoho, el pua y la pía y varias especies de árboles. Los rapa nui enfrentaron varias dificultades para implementar su sistema económico: las lluvias son muy variables y causan alternativamente inundaciones y sequías, el suelo no es muy favorable al cultivo, pues hay rocas bajo una pequeña capa de tierra fértil. Para superar estas dificultades y proteger las plantas conservando la humedad del suelo, implementaron los manavai o jardines subterráneos. Según la leyenda fue el Ariki Hotu Matu’a quien organizó las tierras de la isla deslindándolas de forma radial, dando a cada linaje acceso a los recursos de cada piso ecológico. Los lugares donde se hallaban los bienes escasos, como las canteras de piedras, fueron de uso común. Los medios para trabajar la tierra se caracterizaron por su extrema sencillez: eran el akaúve, un palo grueso y largo usado para abrir hoyos grandes y el oka, palo más corto y delgado empleado para limpiar la tierra de los pastos, aporcar y plantar aquellos cultivos que no requerían hacer hoyos profundos. Además de recursos vegetales, los primeros colonos trajeron gallos y gallinas. A la luz de los relatos y de la precisión que caracteriza la terminología respecto a las aves domésticas, se infiere que su crianza representaba una actividad especialmente importante para los isleños.

    Con el paso del tiempo, la población de la isla se incrementó y especializó en labores no productivas, como la creciente construcción de edificios monumentales. Para obtener terrenos cultivables, se cortó y quemó la vegetación original, trayendo consecuencias desastrosas para los suelos y el agua. La falta de árboles repercutió en todos los ámbitos de la vida rapa nui: dificultó la preparación de alimentos, las salidas de la isla y el transporte de los Moai hasta los Ahu.

  • Arte

    Poco antes del año 690 d.C., la producción de un superávit económico permitió el comienzo de una arquitectura religiosa monumental en el sector costero: los Ahu. Se caracterizan por un patrón de rampas con alas laterales y pavimento de rocas de playa, alineadas alrededor de una plataforma central plana y alargada, rellena de ripio. Sobre ésta descansan los Moai, en solitario o en filas de hasta quince, aunque están ausentes en los ahu más tardíos. Estas enormes estatuas de piedra corresponderían a imágenes de antepasados. Cada uno lleva el nombre de la persona que representa. Eran casi completamente esculpidas en las canteras ubicadas en las laderas de los volcanes, antes de ser transportadas a su destino final. Aparentemente, eran mudadas en posición horizontal con la cabeza adelante por una red de caminos que bordeaba casi toda la costa. Considerando que una gran cantidad de estatuas todavía se encuentra en las canteras o en su periferia, se puede pensar que el proceso de transporte fue la parte que más dificultades presentó. Una vez en el Ahu, los Moai eran gradualmente puestos en posición vertical sobre la plataforma. El proyecto de ingeniería más complejo seguramente fue el de disponer sobre las cabezas de los Moai los bloques cilíndricos de escoria roja que llevan como sombreros. La actividad escultural fue al parecer fruto de varios equipos de trabajo independientes, sugiriendo la existencia de una competencia interna. La cultura Rapa Nui cuenta con una amplia gama de otras manifestaciones artísticas, entre ellas las estatuillas que se obtenían de la madera del toromiro: el Moai Kavakava y el Moai Pa’apa’a Hiro. Eran copias de espíritus llamados Akuaku y eran consideradas sagradas. Existe además una gran diversidad de adornos y figuras utilizadas en ceremonias festivas. Destacan esculturas en madera de peces y lagartos y los Rona u hombres-pájaro. Igualmente utilizaron perfumes, tatuajes, pinturas corporales y se dilataron el lóbulo de las orejas como signo de prestigio. También poseyeron una suerte de escritura, aún no bien comprendida, utilizando signos que grababan en tabletas llamadas Kohau rongorongo. En ellas “escribían” himnos religiosos, hazañas y hechos y relatos de personajes importantes y, quizás, genealogías históricas. Sólo algunos sabios y especialistas, llamados maori podían leerlas. Hoy existe un pequeño número de estas tableras y se desconoce su verdadero contenido. Otra manifestación artística importante son los grabados rupestres, muy abundantes en la Isla. En bajo y sobre relieve sobre rocas se plasmaron diseños de peces, aves, tortugas, embarcaciones, figuras humanas de grandes ojos, el hombre pájaro, el dios Make Make, etc. Muchos de estos motivos se repiten en pinturas murales al interior de las casas, así como en otras partes de Polinesia (Hawai, Nueva Zelanda o Islas Marquesas, por ejemplo).

  • Organización Social

    Hotu Matu’a fue el primer Ariki Henua o rey de la tierra Rapa Nui, pero en sentido amplio Ariki eran también la reina, los príncipes y los nobles. Esta elite poseía además de un poder político, uno mágico – el Maná- que hacía crecer los frutos y los animales de la tierra y el mar. Al interior de la familia real los hijos se jerarquizaban por primogenitura. Cada uno de los descendientes de Hotu Matu’a constituyó grupos diferentes, llamados Mata, que poseían un jefe, personas de rango, distintas clases sociales y especialización de sus actividades: un jefe militar, policías, maestros, sacerdotes, constructores de casa, escultores, agricultores, pescadores, etc. Las fuentes históricas distinguen 12 grupos semi independientes principales. Cada Mata, a su vez, se dividía en clanes con un área claramente delimitada y vedada a los individuos pertenecientes a otro clan. En esta zona residían y ejercían sus actividades económicas. En la primera época de la civilización Rapa Nui no hubo grandes conflictos intergrupales, pero a causa de la crisis demográfica, éstos habrían aparecido y, poco a poco, agudizado hasta acabar en una guerra total.

  • Culto y Funebria

    Rapa Nui posee una rica tradición que se inicia con el relato mítico de su poblamiento. La comunidad del Ariki Hotu Matu’a se habría visto obligada a partir de Hiva, la isla de origen, por una elevación del mar, una erupción volcánica u otro cataclismo que posiblemente expresa la presencia de conflictos internos graves. En sueños, el sacerdote Hau Maka habría visitado un territorio virgen favorable al asentamiento humano. El rey mandó una expedición en su búsqueda. Los siete hombres que la componían, reconocieron en Rapa Nui las indicaciones dadas por el sacerdote. Al recibir las noticias de la veracidad de la información entregada por el sacerdote, Hotu Matu’a emprendió el viaje con su comunidad en dos canoas. Las primeras labores del Ariki en Rapa Nui fueron la organización y distribución de terrenos para la vivienda y el cultivo. El rey fue un personaje unificador y su reinado pacífico. A su muerte, comenzaron a surgir conflictos de tierras que finalizaron con una revolución que modificó todos los aspectos de la vida social Rapa Nui. Hubo un cambio cúltico y una reformulación de las prácticas funerarias. En el primer período, el culto estaba organizado alrededor de los antepasados, representados en los Moai. En el segundo, irrumpió el culto del Manutara u hombre pájaro, donde la ceremonia más importante fue la del Tangata Manu. Esta tenía un carácter religioso durante el período clásico, pero luego se constituyó en un certamen político: un tipo de concurso donde los dirigentes o sus representantes competían para obtener el primer huevo del pájaro sagrado Manutara de un islote cercano y llevarlo intacto al centro de reunión. El ganador recibía el título de Matatoa y regía durante un año. Al parecer, el grupo al cual pertenecía el vencedor gozaba de ciertos privilegios, como el de saquear a los demás.

    Con respecto a la funebria, en el período clásico los cuerpos fueron inhumados en los Ahu-Moai. Estos habrían sido destruidos entre 1740 y 1840, a consecuencia de luchas internas. Con la violencia se inició un período donde los cuerpos fueron enterrados en Ahu ‘sin Moai’ o en tumbas construidas bajo las ruinas de los Ahu-Moai, bajo de las estatuas caídas o de gruesas capas de piedras dispuestas en forma de pirámide alargada y asimétrica.

  • Patrón de Asentamiento

    Se ubicaron en las áreas de costa y en el interior, dándose diferencias en el patrón de asentamiento. Las zonas costeras, por lo menos en el sur de la isla, se caracteriza por la presencia de grandes centros ceremoniales, los Ahu, foco de la organización religiosa, socioeconómica y política de cada linaje durante el primer período Rapa Nui. A una distancia de 100 a 200 m y orientados hacia éstos, se localizaban los Hare paenga, habitaciones en las que vivía la elite de la sociedad. Su tamaño alcanzó en algunos casos 40 m de largo y 4 m de ancho. Hacia el interior de la Isla se hallaban las viviendas donde residía la mayoría de los miembros del linaje reunidos en familias extensas. Sus unidades habitacionales eran de planta rectangular y circular y estaban aisladas. Cada una posee talleres líticos, corrales y la presencia de pequeñas estructuras circulares probablemente relacionadas con algún tipo de cultivo. Asociadas a estas construcciones se hallan cuevas con entradas muy pequeñas probablemente usadas como habitaciones. Ambos asentamientos, los interiores y los costeros, fueron contemporáneos y debieron haber funcionado como unidades interrelacionadas.

  • Historia

    Las fechas más tempranas de ocupación en Rapa Nui indican presencia humana desde más o menos 100 años d.C. Fue Hotu Matu’a quien comandó la primera migración a Rapa Nui, la de los Hanau momok, desde algún lugar de la Polinesia; luego la isla recibió una segunda oleada de hombres, la de los Hanau eepe. A la muerte de Hotu Matu’a, poco a poco, fueron apareciendo conflictos generados por la asociación de una fuerte presión demográfica y la escasez de recursos naturales. El punto culmine fue una crisis de la cultura clásica de Rapa Nui, traducida en una revolución contra el grupo de elite Ariki y de las actividades religiosas que los representaban. La reorganización social conllevó conflictos intergrupales, canibalismo y la destrucción de los Ahu-Moai.

    Con la llegada en 1722 del navegante holandés Jakov Roggeveen, Rapa Nui inició su fase histórica, la de contactos y la aculturación a la sociedad occidental. Hasta 1833, los contactos con europeos se limitaron al área del litoral y se caracterizaron por el intercambio de bienes (como gallinas, agua y vegetales principalmente, a cambio de artículos de madera, metal, etc.) y el tráfico sexual con las mujeres. Durante esta época, la sociedad Rapa Nui estaba en decadencia, los alimentos escaseaban y había un alto grado de conflicto interno.

    Además, en el año 1862, una parte de los Rapa Nui fueron escalvizados y trasladados al Perú, situación que terminó por disminuir a la población en más de 50%. Entre 1864 y 1872, los contactos con y europeos fueron sistemáticos a partir de la instalación de dos misiones religiosas francesas en la isla. Esto conllevó cambios: poco a poco la religión católica reemplazó las antiguas prácticas de culto, la población de la isla se concentró, la división territorial tradicional colapsó, el sistema de producción se desintegró y la propiedad de la tierra se concentró en manos extranjeras y se destinó a la ganadería. La población de Pascua quedó reducida a 175 personas que se transformaron en inquilinos.

    En 1888, el capitán Policarpo Toro toma posesión formal de Rapa Nui a nombre de Chile. Se enviaron funcionarios gubernamentales y tres familias de colonos, los contactos con la Polinesia francesa disminuyen y los europeos radicados en la isla partieron. A pesar de ello, la Isla queda totalmente abandonada por las esferas políticas chilenas. La economía isleña volvió a basarse en actividades tradicionales de agricultura y pesca y muchos isleños volvieron a habitar sus tierras ancestrales.

    En 1892, el Fisco firma un contrato de arriendo por las tierras y bienes públicos con un ciudadano francés, y en 1895 se instala en la isla, Merlet y Cía., convirtiéndose Rapa Nui en una hacienda ovejera, reiniciándose a través de este sistema ganadero los abusos y la pobreza para la población local.

    En 1953, Rapa Nui pasa a la administración de la Armada de Chile, la situación de la isla se regulariza y comienza una fase de desarrollo en infraestructura y contacto con el mundo exterior. Expediciones científicas como las de Thor Heyerdahl y William Mulloy reintroducen a los Rapa Nui en su pasado e interés por su patrimonio cultural, revitalizándose la industria artesanal. Los isleños comienzan a demandar y adquirir mayores derechos.

    A partir del año 1965, se amplía la apertura de la isla hacia el mundo exterior gracias a la mejora de las comunicaciones, la creciente llegada de extranjeros e importantes movimientos migratorios entre Pascua, el continente y Tahiti. El contexto familiar tradicional de hoy en día se ha revigorizado, pudiéndose considerar la tierra como clave para la continuidad cultural Rapa Nui. El turismo se ha constituido en pieza central de la economía isleña. En la actualidad 4647 individuos se adscriben a la etnia Rapa Nui, representando el 0,67% del total de los indígenas del país.

  • Lengua

    El rapa nui es una lengua viva que pertenece al subgrupo polinésico de la gran familia de lenguas austronésicas. En esta lengua un mismo elemento morfológico puede cumplir las funciones de sustantivo, adjetivo o verbo. Y las categorías gramaticales de género, número, tiempo, se expresan mediante prefijos y sufijos. Su uso es oral y de uso corriente.

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