Características
Materiales: Cerámica
Periodo: 1479– 1532 d.C.
Medidas: 214 mm de alto
Código de pieza: MCHAP 0549
La cultura Chimú, que ocupó la costa y valles, desde Lambayeque hasta cerca de Lima, define sus cánones hacia los años 1200 d.C., y presenta un parentesco innegable tanto en la iconografía como en los relatos míticos con sus predecesores Moche. Más tarde, gracias a arreglos políticos con los señores del Cusco, logra mantener su idiosincrasia hasta los momentos del contacto hispano. En esta vasija, podemos reconocer de algún modo, a las tres culturas prehispánicas mencionadas.
Se trata de una paccha típicamente Chimú, tanto por su motivo fitomorfo, como por la fina técnica de molde a presión trabajada principalmente por los alfareros de Lambayeque. Sin embargo, el cuello de la vasija es típicamente incaico. La connotación de paccha es evidente por la forma del extremo del fruto, que recuerda la cabeza de un ofidio, signo de agua. La representación podría interpretarse como una calabaza, fruto cuyas semillas eran consumidas como alimento y que fue usada también como recipiente. Sin embargo, la calabaza nunca fue representada en el área Moche con el largo cuello en forma de coma ni líneas verticales. La planta que sí fue ejecutada bajo esta forma es el ulluchu. . Buscando un modelo natural, se ha supuesto que este motivo corresponde a una forma de papaya silvestre, Carica
candicans. Según el cronista Cobo, “…el árbol echa algunas ramas a la redonda, es de menor hoja y la fruta del tamaño de limones reales, muy olorosa y de mejor sabor…Con la leche que sale de la papaya verde, se curan los empeines y sarna, porque quema como solimán”. Otra información sugerente es entregada por Joan Cabezas, hacia los años 1550: “e pasambas y es buena fructa, e los árboles en que nasce son grandes; hobos, amero…ni tiene mucha semejanza de pepinos, puesto que
son así prolongados e tienen unos trechos o división e tres o cuatro rayas entre hueco e hueco, e la pepitas menudas e pónenlos de rama; e la hoja es como de berenjena, algo menor, e huelen tan bien o mejor que las piñas de aliso, cedro de las destas indias, nabos naturales de la sierra…”