Museo Chileno de Arte Precolombino

Nasca Medio.

Desde el punto de vista de la policromía, no existe en los Andes una alfarería más rica que la cerámica Nasca. Sus pintores, llegaron a usar doce colores y tonos en una misma vasija. La gente Nasca se desprende suavemente de los cánones estéticos de Paracas conservando muchas de las antiguas deidades bajo otra configuración estilística. Privilegian la pintura sobre la escultura, reemplazando la incisión de Paracas por la delimitación de los campos de color usando líneas negras. En las formas, conservan por siglos la típica asa puente de los paracas, quienes la heredaron de las gentes selváticas de Wairajirka, que la inventaron hacia el 2000 a.C. Al principio, como la vasija ilustrada, se mantienen los dos golletes cercanos, verticales y cortos; cuatro siglos después, el asa puente se abre y el cuerpo globular de los inicios toma una forma ovoide.
En la amplia gama de representaciones Nasca, los elementos fitomorfos y zoomorfos son preferidos. Dentro de los motivos faunísticos hay peces, ofidios, insectos y aves. Entre éstas, el colibrí es muy frecuente y a veces se los pinta succionando flores, como el que observamos. El colorido y brillantez de las plumas de esta ave, tuvieron mucho valor entre los tejedores y los especialistas en el arte de las plumas, quienes las incorporaron en los vestuarios de personajes importantes. En la actualidad, en la costa norte del Perú, se concibe el picaflor como dotado de poderes sobrenaturales. Debido a su habilidad para succionar, el picaflor es asociado con la idea de remover objetos extraños introducidos por hechiceros, en el cuerpo de las personas. Tal vez para los hombres y mujeres de Nasca estuviera asociado a la agricultura, que tanto les costó desarrollar, por las difíciles condiciones de extrema aridez de su territorio. En los famosos geoglifos de la Pampa del Ingenio, en donde también está representado el picaflor, el pico de esta ave termina en un grupo de líneas que señalan la bajada del sol el 21 de Diciembre. Los actuales habitantes de Nasca, creen que las gigantescas representaciones de aves son propiciatorias de la llegada del agua, tan necesaria en esta región.