Carolina Arévalo, curadora de Reencuentro: “El textil está en nuestro ADN”
Carolina Arévalo es la curadora de la exposición Reencuentro que trae a Chile y al Museo Precolombino la espectacular obra de Sheila Hicks, una de las artistas más importantes del mundo.
¿Cómo descubriste a Sheila Hicks?
Yo estaba estudiando mi maestría en Estados Unidos, trabajando en temas textiles. Me gusta mucho el arte contemporáneo, había visto varias obras de Sheila Hicks y me enteré de que había una exposición suya en Sikkema Jenkins, que es la galería que la representa en Nueva York. Entré a la exposición y fue como tener una epifanía. Cuando descubrí la obra de Sheila Hicks, muchos conocimientos e inquietudes de mi práctica se cristalizaron en la obra de una persona: los tejidos precolombinos, el arte contemporáneo, el color, el material puro, crudo, sin ser tejido, sin nada, Chile y Latinoamérica. Fue muy cautivador. Seguí observando todas las obras de la exposición y entendí que muchas de ellas tenían que ver con Chile y con el territorio Surandino, haciendo alusión a espacios cromáticos, emocionales o estéticos. Sentí este doble entendimiento, del arte y de lo biográfico, con las pistas que ella siempre va dejando en sus obras. Eso es súper relevante en la obra de Sheila Hicks, múltiples capas de significado y siempre se va descubriendo algo más.
¿Cómo nace Reencuentro?
El origen de Reencuentro se remonta a una investigación inicial que buscaba establecer relaciones entre la obra de Sheila Hicks y el arte precolombino. El análisis formal para esa investigación me dio luces para entender que había muchísimos vínculos con una multiplicidad de piezas y fragmentos de obras precolombinas y no solamente en términos formales, sino que también en cómo se concibe una obra textil. Esto que tenía mucho que ver con la experiencia de Sheila Hicks en Chile, donde pudo ver piezas precolombinas que la inspiraron para siempre. Quise contar cómo estos artefactos andinos de nuestros ancestros eran tan magníficos en su construcción, en su lógica y en sus contenidos comunicativos, que habían inspirado a esta gran artista.
¿Cómo presentaste la idea de hacer esta exposición?
Cuando nos conocimos, compartí con ella mi investigación inicial, que por lo demás utilizaba piezas del Museo Precolombino. Le pareció muy adecuada e interesante la interpretación que yo había hecho y me propuso hacer un texto que pusiera a Chile y su experiencia en el territorio andino en la exposición del Museo Amparo, en Puebla, México, alertando de que previo a su contacto con ese país había estado recorriendo Ecuador, Perú y por un largo tiempo Chile. Propuse hacer una exposición que ponga énfasis en este primer contacto con los textiles de Latinoamérica, en el despertar que le generó su experiencia en los Andes y en Chile. Le conté que el Museo Precolombino tenía ejemplares magníficos e inigualables de textiles pre inkaicos, le llevé un libro del Museo y le mostré ejemplares de tejidos dobles y de tejido con inserción de plumas, muchos de ellos se parecían a artefactos que ella había fotografiado en su primer viaje a los Andes. Posteriormente me contacté con el Museo para contarles de esta posibilidad maravillosa, de que ella también estaba interesada y de que podríamos compartir en Chile este precioso vínculo.
¿Qué estás articulando en Reencuentro?
Los ejes de la exposición buscan poner en valor el tejido como soporte expresivo, reconocer que esta práctica ancestral es enormemente relevante y mostrar al público la infinita expertise que tenían nuestros ancestros en las artes textiles, que han sido valorada no solamente por aquellas sociedades precolombinas sino que también por el arte moderno y contemporáneo. Parte de la exposición pretende relevar la inventiva andina textil y cómo Sheila Hicks es capaz de observar y descubrir ese ingenio creativo e inspirarse en él. En ese sentido, creo que su obra funciona como un lente en términos de escala, de repetición, de color, de experimentar en distintos materiales y de poder fragmentar ese entendimiento, amplificarlo y permitirnos verlo.
¿Qué hace de Reencuentro una exposición imprescindible?
Va a ser una exposición, primero que nada, bella. Hermosa. Las obras que vienen de Sheila Hicks son realmente conmovedoras y las piezas de la colección del Museo son magníficas, va a haber arte contemporáneo y precolombino de primer nivel. Implícitamente, en la exposición será visible el vínculo entre ambos legados, en una experiencia sumamente personal. El textil es algo que está intrínseco en nuestras vidas desde que somos muy pequeños, está en nuestro ADN. Es nuestra segunda piel, lo más cerca que tenemos del mundo exterior en relación a nosotros es la ropa que vestimos. El textil, desde tiempos muy antiguos, no solo ha servido para cubrirnos, sino que también para refugiarnos, para pescar nuestra comida, para transportar cosas, para cruzar de un lugar a otro a través de un puente, para crear nuestra identidad y para comunicarnos. De alguna manera, esta exposición hace inteligible ese acercamiento intuitivo y esa relación afectiva que tenemos con el textil.
Foto por Julián Ortiz