Bajando del cielo
En Taira, una llama da de mamar a su cría, como Yakana lo hace en el cielo. Bajo ella, la humanidad está vestida: la lana ha surgido abundante, como el pasto que crece en torno a los manantiales.
En el solsticio de verano, cuando las llamas empiezan a parir a sus crías, vemos en Taira un efecto de luz y sombra único en el año. El sol, como un semental, proyecta una sombra en una de las llamas marcando la línea de su vientre como si la dejara preñada. Así, el nacimiento de las llamas en la tierra está vinculado también con el cielo.