Los grupos Azapa habitaron la costa desértica del extremo norte de Chile y los valles aledaños, como Azapa, Lluta y Camarones, en especial las zonas de ciénagas cercanas al litoral y las terrazas fluviales.
Los grupos Azapa habitaron la costa desértica del extremo norte de Chile y los valles aledaños, como Azapa, Lluta y Camarones, en especial las zonas de ciénagas cercanas al litoral y las terrazas fluviales.
La economía básica de las comunidades de la fase cultural Azapa giró en torno a la pesca, la caza de mamíferos marinos y la recolección de moluscos y vegetales terrestres. Incorporaron a su dieta algunos productos agrícolas como la achira y el ají, que cultivaron en pequeña escala, usando palos con puntas aguzadas como herramientas de labranza.
Las comunidades Azapa fueron las primeras en elaborar cerámica en el norte de Chile, aunque todavía en escasa cantidad. Ocuparon el algodón y la fibra de los camélidos pare tejer mantas, bolsas decoradas con líneas, cobertores púbicos y turbantes o cintillos que llevaban en su cabeza, dando comienzo a la tradición de “enturbantados” que caracterizaría a las poblaciones del Norte Grande de esta época. Con fibras vegetales confeccionaron esteras, taparrabos y cestos que decoraron con motivos escalerados. Grabaron imágenes de serpientes en calabazas y placas de cobre. Fabricaron adornos tubulares en hueso y collares de cuentas talladas en madera. También decoraron objetos para la inhalación de alucinógenos.
Abandonaron las antiguas técnicas de momificación artificial que caracterizaron al período anterior de las comunidades Chinchorro, enterrando a sus muertos en fosas ovaladas que sellaron con esteras, camadas de vegetales y arena, utilizando a veces palos verticales como señalizadores. Los cuerpos se depositaron de lado, envueltos en mantas y con turbantes en sus cabezas, aunque algunos cuerpos se depositaban sin cabeza. Junto a ellos se disponían variadas ofrendas, lo que nos muestra la diversidad de objetos que elaboraban. En esta época aparecen las primeras evidencias de consumo de plantas alucinógenas que reflejan los principios de una ideología chamánica, caracterizada por la existencia de especialistas religiosos que logran comunicarse con el mundo sobrenatural a través del trance.
Construyeron sus asentamientos formando pequeños conjuntos que constituyen las primeras aldeas de la región, caracterizadas por habitaciones fabricadas con materiales ligeros, como troncos de madera y totora. Emplazaron sus sitios habitacionales en torno a sus cultivos, al interior de los valles y en las zonas de ciénagas cercanas al litoral.
Fueron herederos de la tradición de los pueblos costeros arcaicos y mantuvieron su base económica en los recursos que les proporcionaba el mar, pero implementaron un nuevo modo de vida horticultor. En este proceso recibieron la influencia de grupos lejanos. Algunos cultivos que adaptaron a su ambiente fueron domesticados primeramente en las tierras bajas tropicales, mientras que algunas de las nuevas técnicas de tejido, la deformación cranéana cuneiforme y los motivos de serpientes de sus textiles nos hablan de una posible relación cultural con poblaciones de la cultura Parakas de la costa sur del Perú. A medida que los cultivos agrícolas fueron cobrando más importancia en estos grupos de sustrato económico costero, su modo de vida e ideología cambio paulatinamente para dar paso a una nueva fase cultural en el extremo norte chileno, conocida como Alto Ramírez.