Tras los cambios climáticos que siguieron a la última glaciación, estos tempranos colonos de las tierras sureñas debieron desarrollar adaptaciones a los nuevos ambientes lacustres y boscosos. Esto ya había sucedido con sus antecesores paleoindios en Monte Verde, pero tras la extinción de la megafauna estos grupos debieron buscar nuevas formas de subsistencia. Algo más tardíamente, alrededor del 5000 a.C., fue tomando fuerza un nuevo tipo de adaptación focalizada en los recursos costeros, que les entregó la estabilidad necesaria para comenzar un proceso de sedentarización y de colonización de las islas por medio de embarcaciones. A mediados del primer siglo de nuestra era comenzó a cobrar fuerza un nuevo modo de vida hortícola, que conoceremos como cultura Pitrén.