Estas comunidades representaron el momento inicial de la producción cerámica en la región de Chile Central. Respecto al Período Arcaico anterior, mantuvieron una continuidad en la tradición de instrumentos líticos y en el énfasis cazador de su economía, por lo que probablemente fueron los mismos grupos que comenzaron la experimentación cerámica y horticultora. Se trataba de unidades sociales relativamente independientes y bastante diferenciadas entre sí, que no compartían necesariamente todos sus elementos culturales, pero sí ciertos patrones en la alfarería. A pesar de lo poco que se sabe sobre sus prácticas fúnebres, las diferencias entre los dos entierros conocidos refuerzan la idea de independencia entre los distintos grupos. Hacia el año 200 d.C., cambios culturales hasta ahora poco comprendidos conllevan al surgimiento de las sociedades Bato y Llolleo, las que representan al Período Agroalfarero Temprano en Chile Central.