A diferencia de otras zonas del norte de Chile, la cerámica de San Pedro es monocroma y se caracteriza por un fino pulido de la superficie. En algunos casos, las vasijas presentan modelados de rostros o incisiones lineales que forman campos geométricos. Junto a la alfarería, San Pedro destaca por la calidad de su artesanía en madera tallada, con la cual confeccionaban especialmente objetos relacionados con el consumo de alucinógenos. Tabletas y tubos inhalatorios, decorados con motivos tridimensionales tales como personajes o animales, acompañados de cucharillas, morteros o espátulas, todos ellos también decorados, fueron tan comunes que cerca la quinta parte de la población de hombres fue sepultada con un conjunto de ellos.