Museo Chileno de Arte Precolombino

Como parte del mundo andino meridional, Aguada ejemplifica algunos conceptos básicos que actúan en estas sociedades, como son la dualidad y, en lo formal, la simetría bilateral. Este ceramio excepcional revela el predominio de los elementos figurativos sobre los geométricos y la profusión de motivos fantásticos, característica de la cultura en que fue creada. Estos elementos simbólicos se mantienen durante más de dos siglos en la historia de este pueblo, que anduvo entre las regiones de Catamarca y Tucumán, alcanzando hasta San Pedro de Atacama. La deidad del felino impregna su vida religiosa; un felino cuyos atributos naturales se mezclan con rasgos humanos, de mamíferos y aves dando origen a extrañas criaturas. Es característica la simbiosis con ofidios, produciendo a una figura de cuerpo serpentiforme, más parecida a un “dragón” que a un felino. Muchas veces la figura felínica se dibuja con manos, patas, labios y lengua, terminadas en cabezas de fantásticos “dragones”; otras veces la cola termina en una cabeza de fauces amenazadoras, con dientes aserrados.También hay figuras ofídicas simples o complejas, algunas con dos cabezas, otro viejo motivo en el arte pan-andino. Entre las representaciones fantásticas, la más reiterativa es la imagen de un felino con cabeza humana que se reproduce en la cerámica grabada y en la pintura. Hay variantes de la figura draconiforme, bicéfalas o multicéfalas, en las que la imagen principal se transforma en la figura alargada de un ofidio. Pese a que dentro del hábitat de Aguada no se conoce ninguna especie de mono, estos animales también figuran en su iconografía. El Arte de Aguada se distingue por el equilibrio de las formas, el balance de sus proporciones, las variantes existentes dentro de los cánones establecidos y la combinación de colores, características magníficamente representadas en la vasija que se ilustra.