En la Patagonia chileno-argentina ocuparon los valles cordilleranos en un ambiente escarpado y boscoso, que sirvió de frontera natural respecto al sistema de canales del sector occidental, pero especialmente ocuparon la meseta que desde ahí baja lentamente hacia el Atlántico (Patagonia oriental), caracterizada por un clima semiárido de bajas temperaturas y pocas lluvias, que da lugar a una estepa arbustiva y de pastos duros. Habitaron también los ambientes estepáricos y boscosos de la Isla Grande de Tierra del Fuego, al sur del estrecho de Magallanes. En tiempos históricos, esta tradición cazadora terrestre se mantuvo representada en la Patagonia continental por los aónikenk o tehuelches, mientras que al otro lado del estrecho de Magallanes, en Tierra del Fuego, fueron los selk’nam u onas y los casi desconocidos haush los últimos sobrevivientes de este antiguo modo de vida.