Estas sociedades prehispánicas ocuparon las tierras altas de la cuenca superior del Río Loa, al interior de Antofagasta y el altiplano sur de la región de Lípez, en Bolivia. Los ambientes puneños y de quebradas precordilleranas con sus formaciones vegetacionales de pajonales, tolar y bofedales, constituyen los mejores espacios para la ganadería de camélidos que practicaron estas poblaciones, mientras que los ríos que nacen en la alta cordillera les proporcionaron agua suficiente para el desarrollo de una agricultura intensiva.