Al introducir el caballo, el español no imagina que este animal será una de las mejores armas del mapuche, su medio de subsistencia y la base de su prestigio.
Los caballos se reproducen de manera inusitada en los bosques del sur de Chile y las amplias pampas trasandinas. El mapuche aprovecha de sus alianzas con los indígenas serranos y pampas para introducir este animal, domesticarlo y venderlo en los mercados.
El prestigio de los ülmen, jefes y hombres poderosos, se califica por la posesión de más caballos. A la muerte del guerrero, su mejor cabalgadura será sacrificada para el banquete fúnebre y los restos del animal se sepultarán junto a su dueño.