La cultura Moche de la costa norte del Perú es más conocida por su extraordinaria cerámica y su arquitectura monumental. Sin embargo, los Moche fueron también eximios orfebres. Desarrollaron una compleja tecnología con la que produjeron finísimos objetos de cobre, cobre dorado y cobre plateado. Conocieron la fundición a altas temperaturas y diferentes aleaciones. La apariencia dorada o plateada de los objetos, la lograban principalmente a través de un proceso de oxidación y retiro del cobre superficial de piezas hechas con aleaciones de oro o plata. Los objetos eran confeccionados mediante moldes y martillado. Entre los Moche, los artefactos de metal sirvieron para establecer de manera categórica las diferencias entre clases sociales. Estos objetos, prácticamente todos depositados como ofrendas a difuntos de alcurnia, son abundantes en las colecciones conocidas. En contraposición, no se conoce ninguna tumba de campesinos o pescadores donde se hallen depositados adornos o instrumentos de este material. El metal reflejaba distinción y excelencia. Mientras los personajes de rango social intermedio eran sepultados con apenas una pequeña hoja de metal en el interior de la boca, los grandes señores eran enterrados con cientos de estas piezas, como ocurre con la fabulosa tumba del Señor de Sipán.