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Chi Rütran Amulniei ñi Rütram/ El metal Sigue Hablando. Rütrafes Clorinda Antinao y Antonio Chihuaicura

Lo reluciente, aquello que es terso y liso al tacto, sin asperezas, es reconocido como apacible, placentero y también bello. Objetos industriales a menudo se niquelan, se croman para darles un lustre metálico que relumbra. El color plata a menudo se asocia con ese destello. Lo encontramos en objetos diseñados para el placer, para el estatus, objetos para el apetito consumista. Olvidamos que la plata, la orfebrería en plata, puede tener su propio lenguaje con un vocabulario lejano a ese destello. Esa lengua puede hablar de quienes labran un objeto que es singular. Objeto que concentra otras luces, que es tan parte del cuerpo que lo crea como del cuerpo que lo luce. Esto es solo una de las formas en que el metal nos puede hablar.
En el caso de la platería mapuche es necesario observar la opacidad, porque en ella miramos la niebla y la lechosa luz de la luna. La platería mapuche no es solamente ornamental, son piezas vivas con una elocuencia compleja. Hablan como parte de un ritual y también cantan. Sí, literalmente cantan, y lo hacen durante toda su vida. Su primera canción la entona quien le da forma, es la melodía de los materiales forjados por las manos del platero. Su canción ayuda a encontrar la forma y a guiar a la futura pieza en las funciones rituales y sociales que deberá cumplir en una comunidad. Luego viene su segundo canto. Este consiste en el repicar del metal cuando se usa, ya sea como joya, pero también como indumentaria de protección y sanación. Quien participa de un nguillatun puede cerrar los ojos y seguir el tintineo de las trapel-akucha que visten las mujeres. Cada segmento, cada elemento de la pieza representa parte del mundo, sea este el cielo (wenu mapu) o la tierra (el nang mapu) y cada uno de estos se enlaza a otros por anillos y argollas de plata. Al ser usada en el pecho o, como otras piezas, en la sien, estas repican, campanillean y continúan vivas cantando generación a generación.
La platería mapuche no busca encandilar, se constituye más bien de piezas que incursionan en la opacidad y por ello son capaces de abordar la poética de la luz. La platería mapuche no es tersa ni lisa o silente, es más bien cantarina y contiene en ella la melodía de los metales y de la tierra de donde pertenecen, por esta razón las piezas aquí expuestas tienen una canción para cada uno de nosotros.
Francisco Huichaqueo
Curador