Características
Materiales: Cerámica
Periodo: Formativo Tardío. 200 - 600 a.C. Fase 9- Ocucaje. Paracas-Ocucaje.
Medidas: 275 mm alto.
Código de pieza: MCHAP 0294
La vasija reproduce muy bien la iconografía, el color y el juego de líneas utilizado por los tejedores de Parakas. En ella, los campos están delimitados por líneas incisas y presenta pintura post-cocción. La faz que ilustra la imagen, representa a una mujer de fina nariz con pintura facial. Sus manos terminan en lo que, más que garras, parecen afiladas uñas postizas. La faz de la parte posterior de esta pieza representa a un personaje de apariencia masculina, con idéntico tocado. De sus ojos concéntricos sale un apéndice continuo, como lágrima o pintura facial. Su rostro es plano como una máscara y su boca abierta muestra en forma pareja los dientes en alternancia de colores rojo-café sin colmillos, como en el acto de apretar los dientes. Desde su cuello salen cuatro ofidios, dos a los lados de color rojo –que miran hacia fuera- y dos de color verde al centro, mirándose uno al otro. No hay duda de que esta vasija contiene un complejo sistema de significación en torno a los principios andinos de dualidad. Los documentos sobre extirpación de idolatrías en Ancash y Cajatambo, zona central del Perú, contienen los mejores ejemplos sobre parejas de huacas de ambos sexos. Sin olvidar que los contenidos cambian según los designios de la historia, la estructura básica de alusión a objetos sacros se ha mantenido por siglos en andinoamérica. Ramos Gavilán relata que en 1619, un cura encontró cerca del Titicaca “un ídolo de piedra de tres varas de alto que tenía esculpido dos rostros , uno de varón y otro de mujer, con dos culebras que le subían de los pies, teniendo un sapo por tocado… veneraban a esta dacha como dios de las comidas”. También existe una deidad andina llamada Anan Maqlla, considerada como una de las huacas más antiguas, cuyo nombre corresponde al de una divinidad hermafrodita. Su campo de acción es el firmamento, de acuerdo a las tradiciones de Huarochirí en Perú central. Cualquiera sea el oculto significado de la imagen representada por los artífices Parakas, hay en ella de todos modos un concepto de parentesco, de intimidad, de complementariedad y de sujeción.