Noticias

Taller Más allá de ser varón: Masculinidades en el mundo precolombino

“¡Compórtate como hombre!” y “¡pareces niñita!” son frases que no son ajenas en nuestro diario vivir y que reflejan cómo nuestra sociedad ha definido la masculinidad como un único modelo a seguir, permaneciendo inamovible en el tiempo. Sin embargo, viajar hacia el pasado permite comprender que la masculinidad está lejos de ser estática y singular. La historia precolombina nos muestra que ser varón quiebra con los prejuicios e ideas preconcebidas que todos tenemos sobre qué significa lo masculino.

En este taller, impartido por Alvaro Ojalvo Pressac, etnohistoriador y board member de la American Men’s Studies Association, se debatirá en torno a los conceptos de género y masculinidad, para posteriormente realizar un viaje por las piezas del Museo.

El taller es dirigido a todo público mayor de 15 años con interés en la historia de las masculinidades y feminidades (estudios de género).

Cupos: 15 personas (máximo)
Fecha y horario: Sábado 18 de Noviembre de 15:00 a 17:30
Valor: $20.000. Incluye inscripción a la biblioteca del Museo por un año y certificado de participación.

 

REVISA EL PROGRAMA DEL TALLER MÁS ALLÁ DE SER VARÓN: MASCULINIDADES EN EL MUNDO PRECOLOMBINO

INSCRÍBETE EN EL TALLER MÁS ALLÁ DE SER VARÓN: MASCULINIDADES EN EL MUNDO PRECOLOMBINO

Taller Alfareros de antaño: sellos precolombinos

Los sellos fueron instrumentos usados por varias culturas prehispánicas, tanto de Mesoamérica, Área Intermedia y Área Andina. Estos objetos cuidadosamente trabajados, de diferentes materiales como madera, hueso y especialmente cerámica, son herramientas que intermedian la aplicación de colores y diseños sobre superficies planas o curvas.

En este taller, conoceremos la técnica decorativa de impresión con sellos de cerámica, utilizada ampliamente en América Precolombina en la elaboración de cerámicas, textiles y decoración corporal, para inspirar la creación propia e individual a través del conocimiento técnico e iconográfico de la cerámica precolombina.

Este taller de tres sesiones de duración es impartido por la arqueóloga Varinia Varela, la ceramista y restauradora María Jesús Tardones y el ceramista y músico Ignacio González, equipo que combina una amplia experiencia que permite contar con un marco sólido para una buena dirección y control en los resultados.

Cupos: 15 personas (máximo)

Fechas y horarios: desde el sábado 11 de noviembre al sábado 25 de noviembre de 10:00 a 13:00

Valor: $70.000. Incluye materiales y quema de trabajos realizados, inscripción a la biblioteca del Museo por un año y certificado de participación.

Consultas: Carla Díaz, cdiaz@museoprecolombino.cl

 

REVISA EL PROGRAMA DEL TALLER ALFAREROS DE ANTAÑO: SELLOS PRECOLOMBINOS

INSCRÍBETE EN EL TALLER ALFAREROS DE ANTAÑO: SELLOS PRECOLOMBINOS 

Taller Apero en telar mapuche

 

La textilería mapuche se remonta a tiempos precolombinos. En este taller, nos centraremos en el apero, pieza que forma parte de la montura de los caballos. Aprenderemos a tejer en telar mapuche (witral) para luego tejer un mini apero con diseños siguiendo un patrón dibujado por cada uno de los asistentes.

El taller de dos sesiones estará a cargo de María Patricia Romero, experta en rescate de técnicas textiles tradicionales y es dirigido a todo público mayor de 15 años, con o sin conocimientos previos en tejido.

Cupos: 13 personas (máximo)

Fechas y horarios: Sábado 4 de noviembre de 14:00 a 18:00 y sábado 11 de noviembre de 15:00 a 18:00 / Sábado 25 de noviembre 14:00 a 18:00 y sábado 2 de diciembre de 15:00 a 18:00.

Valor: $42.000. Incluye materiales, inscripción a la biblioteca del Museo por un año y certificado de participación.

Consultas: Carla Díaz, cdiaz@museoprecolombino.cl

DESCARGA EL PROGRAMA DE TALLER APERO EN TELAR MAPUCHE

INSCRÍBETE EN EL TALLER APERO EN TELAR MAPUCHE

Museos de Medianoche en el Precolombino

Los esperamos el viernes 13 de octubre con entrada liberada de 18 a 23 horas para celebrar juntos una edición más de Museos de Medianoche.

Tendremos abierta para la familia la Zona Interactiva Mustakis de la Fundación Mustakis, y una selección de cortometrajes de la 11° Muestra de Cine+Video Indígena que exhibiremos de 21.00 a 23.00 horas.

Nuestro equipo de guías realizará visitas por las áreas Mesoamérica e Intermedia y por la Sala Chile antes de Chile de 18 a 22 horas.

Además de las actividades programadas para Museos de Medianoche, ¡también tendremos la cafetería abierta! Antes o después de recorrer nuestras salas, podrán disfrutar de su variada carta.

El vínculo de Violeta Parra con la cultura mapuche

Violeta Parra nació hace cien años en San Carlos, comuna de la actual provincia del Ñuble en la región del Biobío. Pero entre 1921 y 1927 vivió junto a sus padres y sus hermanos en la lluviosa ciudad de Lautaro, en la región de La Araucanía, en una casa naranja desteñido, con una puerta enorme y grandes ventanas alargadas con barrotes de fierro.

En Lautaro, Violeta aprendió a tocar la guitarra y pocos años después, en Chillán, comenzó a componer. Tres décadas más tarde y en medio de su recopilación del canto del centro sur de Chile, la artista volvió a La Araucanía, donde visitó durante un mes a la machi María Painen en Millelche.

En 1958 Violeta viajó varias veces a Lautaro. En ese tránsito, fueron realizadas una serie de grabaciones junto a seis cantoras y un cantor mapuche. En total, la artista registró cuarenta cantos en mapudungun de ochenta minutos de duración, guardados en la Mediateca de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile. La transcripción, traducción y análisis de esos audios se encuentra en el libro Violeta Parra en el Wallmapu. Su encuentro con el canto mapuche de las académicas Paula Miranda, Elisa Loncon y Allison Ramay, publicado este año.

“Hasta hace poco se creía que la Violeta se dedicó más a recopilar y a aprender cantos campesinos, canto a lo poeta, cuecas y tonadas, pero ahora último con el descubrimiento de las cintas que ella había grabado el año 58 se sabe que no sólo investigó la cultura y la música campesina, sino que también la música mapuche. Esto influenció en su rítmica y en la temática de sus canciones. Composiciones como El gavilán y El Guillatún muestran no solo los ritmos mapuche y la manera de sentir la música mapuche sino también sus temáticas, sus letras y su poesía”, expresa Claudio Mercado, jefe del área de Patrimonio Inmaterial del Museo Precolombino.

“No hay muchas grabaciones antiguas de música mapuche y ella fue una de las que las hizo. Eso es fundamental para nosotros como Museo Precolombino”, concluye.

Texto: Oriana Miranda.

Foto: Fundación Violeta Parra y Fundación Museo Violeta Parra.

A diez años de Morir para gobernar: Sexo y poder en la sociedad Moche

En Archivo Precolombino, conmemoramos los diez años de la exposición Morir para gobernar: Sexo y poder en la sociedad Moche, presentada entre octubre 2007 y marzo 2008 en la Sala Andes del Museo.

A través de 125 piezas de la cultura Moche pertenecientes al Museo Larco del Perú, la muestra buscó destacar los aspectos menos conocidos de las representaciones sexuales en la cosmovisión de esta sociedad prehispánica.

Para los Moche, que habitaron la costa norte del Perú entre los siglos I y VIII, el sexo ocupaba un lugar trascendente y en directa relación con la muerte, el sacrificio y, en especial, el poder político. De los jerarcas de esa sociedad dependía la fertilidad de los campos, de los productos marinos y, en definitiva, de la vida misma del pueblo Moche. Los actos sexuales y su representación en piezas cerámicas, textiles o murales, cumplían la función de asegurar la sucesión, evitando los peligros y catástrofes naturales y sociales que podía implicar la muerte del gobernante de turno.

“Estoy tremendamente contento de haber hecho esa exposición. Mucho antes, el Museo Larco nos había ofrecido una colección sobre piezas eróticas de la cultura Moche y nosotros quisimos presentarla dentro de un contexto. Justo en esa época salió un libro muy interesante de Steve Bourget, un gran arqueólogo canadiense que estudió las piezas eróticas Moche de todo el mundo. Él descubrió cosas absolutamente fantásticas, que daban a las piezas un contexto cultural serio e importante. Morir para gobernar fue exposición muy comentada y fue muy entretenido hacerla. Fue tan exitosa que el Musée du quai Branly de Paris se la llevó completa para presentarla allá”, recuerda Carlos Aldunate, director del Museo Precolombino.

Morir para gobernar fue una exposición que planteó muchos desafíos para nosotros. Queríamos sacarlo de la genitalidad o del énfasis en el erotismo que tenían estas piezas, que era el tratamiento usual, para darle una perspectiva mucho más contextual, más relacionada con la historia, con la sociedad, su tiempo y su cultura”, coincide José Berenguer, curador jefe del Museo Precolombino.

“Desarrollamos un guion en el que propusimos que, cuando moría un gobernante, se iba al mundo de los ancestros y quedaba en la banca, digamos, en términos futbolísticos, mientras ascendía al poder otro gobernante. Como siempre estaban con máscaras, nunca era posible conocer de quién se trataba. En ese círculo establecimos el tema del sexo y el poder, sacándolo de las expectativas que probablemente tenía el público, de verlo desde el plano del erotismo”, agrega.

A la inauguración de la muestra, el 30 de octubre de 2007, asistieron 400 personas. En total, Morir para gobernar: Sexo y poder en la sociedad Moche fue visitada por más de 30 mil personas.

700X440 figura 3

La interacción entre la vida y la muerte en la iconografía Moche es a menudo representada con la  ambigüedad entre mono y personaje esqueletizado o calavera. Así, ocurre una doble dualidad entre la vida y la muerte y entre un ser humano y un mono. En esta vasija retrato, el doble juego entre lo humano y animal y entre la vida y la muerte se expresa en la cara, mostrando a la vez rasgos humanos, de mono y de esqueleto. Existe una etapa transitoria entre la vida y la muerte que parece haber sido expresada por medio de un número de elementos simbólicos -seres duales o seres transitorios- tales como los muertos-vivientes y el hombre-mono.

700X440 figura 19

Entre los temas de la iconografía Moche existe un impresionante repertorio de vasijas que representan actos sexuales, tanto escenas en solitario como en diversas combinaciones entre humanos, personajes esqueletizados y seres con atributos sobrenaturales. La cercana relación de mujeres con seres esqueléticos parece reforzar el rol de la mujer o el género femenino en relación a la muerte, el sacrificio y los rituales funerarios.

700X440 figura 30

A menudo las parejas son pintadas en dos colores contrastantes, la mujer siempre es ilustrada en color rojo y su compañero en blanco. Estos colores representan los conceptos fundamentales de vida y muerte. Al costado derecho de esta representación, una mujer pintada de rojo toca a una figura central que interpreta una flauta. El músico es un personaje esqueletizado pintado de blanco que viste una capa roja corta y un elaborado tocado en la cabeza. A su derecha hay un individuo de pie con su rostro esquelético pintado de blanco. El simbolismo del color se extiende hasta el área de los genitales de los seres esqueléticos, donde las extremidades de sus miembros están siempre pintadas en rojo. De esta manera, la fuente de vitalidad está representada por el color de la vida.

700X440 figura 63

Los roedores representan quizás la peste más peligrosa para la agricultura. Las mejores condiciones para los cultivos también los favorecen, al proporcionarles comida y agua en abundancia. Una pequeña población de roedores al inicio de la temporada agrícola podría de manera real y metafórica significar la ruina de una cosecha. Por ello, la hembra es frecuentemente ilustrada sosteniendo un grano o un maní durante la cópula. El maní puede haber sido percibido en asociación sobrenatural con la muerte y con ideas vinculadas al seno de la tierra y al inframundo. Podría parecer paradójico que aquellas entidades que velan por la fertilidad de las plantas y animales sean también las mismas que faciliten la reproducción de pestes como los roedores. Incluso, pareciera existir un corolario: entre mejor es la cosecha y la temporada agrícola, mejor será el éxito reproductivo de las pestes. Esto demuestra una dualidad entre fertilidad e infertilidad o entre vida y muerte.

Texto: Oriana Miranda.

¡Muchas gracias!

Estamos muy contentos por romper una nueva marca y llegar a los 60 mil seguidores en nuestra FanPage.

Para celebrar junto a ustedes, porque esto es posible gracias a su confianza, vamos a realizar un concurso para toda la familia, en el que regalaremos dos packs que contendrán los siguientes premios:

🔸 4 entradas al Museo y 4 libros: Cocinas Mestizas de Chile – La olla deleitosa, Joyas de los Andes, Gorros del Desierto de Atacama y Cuentos de animales🔸

¿Cómo participar?

¡Muy fácil! deben dibujar y  pintar a Taki, nuestro amigo picaflor, junto a su familia dentro de la botella asa puente que podrán DESCARGAR AQUÍ 🎨

Una vez listo, lo deben fotografiar o escanear para publicarlo en nuestro muro de Facebook.

Pueden participar todos los miembros de la familia, y pueden enviarnos más de una creación.

Los ganadores serán seleccionados mediante sorteo y anunciados el viernes 6 de octubre al mediodía.

¡A dibujar y crear!

La imagen que descargarán se inspira en esta pieza de la Cultura Nasca que data del 200-600 d.C.

282-4

Curso Arte Textil en Chile: Territorios y Comunidades

Te invitamos a participar en las actividades que ha organizado el área de Educación para el mes de octubre.

El objetivo es acercar los contenidos que expone la institución a diversos públicos, introducir, contextualizar y ampliar la visión en torno a la manifestación textil en Chile y debatir en torno a las variaciones culturales de la creación textil y sus posibilidades como herramientas de cohesión social.

Arte Textil en Chile: Territorios y Comunidades

En cuatro módulos de 13 horas de duración total, se revisarán los aspectos culturales, simbólicos y utilitarios que hacen del textil un elemento de identidad social y pertenencia a un tiempo y espacio, mediante la apreciación de la manifestación textil como expresión ancestral y actual en Chile.

El curso será impartido por las profesoras Soledad Hoces, diseñadora, docente e investigadora textil de la Escuela de Diseño UC, Liliana Ulloa, diseñadora Textil de la Universidad de Chile, Melina Rapimán, diseñadora de vestuario y artista textil y Susan Hertz, historiadora del Arte de la Universidad de Chile especializada en la investigación y rescate de técnicas textiles andinas.

Dirigido a público general desde los 18 años en adelante, interesados en conocer y aprender sobre teoría y práctica en torno a la tradición textil de nuestro país.

Cupos: 15 personas (máximo)

Duración: 2 sesiones de dos módulos cada una, 13 horas en total.

Fechas y horarios: 1° sesión: sábado 14 de octubre de 10:00 a 14:00 y de 15:00 a 18:00 , 2° sesión: sábado 21 de octubre de 10:00 a 13:00 y de 14:30 a 17:30

Valor: $90.000. Incluye materiales, inscripción a la biblioteca del Museo por un año y certificado de participación.

Consultas: Carla Díaz, cdiaz@museoprecolombino.cl

DESCARGA EL PROGRAMA DEL CURSO ARTE TEXTIL EN CHILE

INSCRÍBETE EN EL CURSO ARTE TEXTIL EN CHILE  ¡Cupos agotados!

Varinia Varela, encargada de Registro y Documentación de Colecciones: “La etnoarqueología me llena el alma”

¿Alguna vez han escuchado a un niño o niña decir “quiero ser arqueólogo”? Es poco usual hasta el día de hoy, pero para Varinia Varela, encargada de registro del Museo Chileno de Arte Precolombino, hubo una instancia que lo cambió todo. A los 12 años su papá la invitó a Rapa Nui, allí se sintió hipnotizada con lo que se revelaba ante sus ojos. “Cuando estuve entremedio de las cuevas me dije: esto es lo mío. Esa experiencia de estar entre socavones me alucinó”, relata.

Pese a las ganas que tuvo desde muy pequeña, entrar al mundo de la arqueología no fue fácil. Primero estudió ingeniería, pero fue tal su rechazo que estuvo solo un año. Después se fue a Concepción, pero las condiciones no fueron sencillas: era 1978 y el país estaba en plena dictadura. La falta de conexión con su familia la hizo retornar a Santiago, donde tiempo después entró a la Universidad de Chile.

“Mi primer acercamiento a la arqueología fue en el norte, en la Región de Antofagasta. Allá fueron mis primeros congresos y las primeras excavaciones. Después la reconocida arqueóloga y profesora Victoria Castro me convocó para participar en otros proyectos, donde conocí a Carlos Aldunate, actual director del Museo, y José Berenguer, curador jefe del mismo”, cuenta.

Estuvo más de un año viviendo y haciendo su práctica en San Pedro de Atacama.

La cerámica es su especialidad en el área de arqueología. Varinia ha desarrollado un lazo que no se agota solo en lo profesional: vivió con los alfareros de Toconce, en la Región de Antofagasta, donde aprendió este quehacer en sus condiciones originales. “Estuve trabajando con unos abuelitos, unos alfareros de 90 años”, puntualiza.

Varinia trabajó en la costa de Antofagasta durante ocho años y estuvo dos décadas investigando en la precordillera de Atacama. “Tuvimos un proyecto que nos dimos vuelta todos los rituales del año. Estuvimos desde enero a enero en todos las ceremonias de ganadería, de agricultura, de difuntos, de los agricultores y pastores de esa zona”.

“No veo la arqueología desde otra perspectiva que no sea la etnoarquelogía, esta es la que me llena el alma. Necesito saber de la tradición actual de los objetos para que me otorguen datos y para así poder interpretar lo que estoy viendo. Para eso voy al origen”, explica.

¿En qué consiste la labor de registro?

El registro consiste en describir, clasificar, documentar y mantener ordenadas nuestras colecciones y que uno sepa buscar en el momento que quiera cualquiera de nuestras piezas.

¿Cuáles son las principales complicaciones del área?

A momentos es un trabajo que luce muy poco, no es un trabajo que desborde. Es meticuloso, paulatino, de bajo perfil y que la gente, si no lo ha hecho, no se da cuenta de la cantidad de trabajo y estudio que significa.

¿Cuál es el sistema de registro que se utiliza en el Museo?

Nuestro sistema de registro es propio, lo hemos desarrollado trabajando junto a Jerome Smith (informático) en esta colección de arte precolombino. Consta de una ficha museológica donde tienes la descripción, la fotografía, el lugar donde está, las medidas, el estado de condición, la asignación cultural, la asignación cronológica, los materiales empleados en hacerlo, en fin. Después tienes una ficha de información confidencial; quien la donó, cuánto sería su avalúo y algunas cláusulas. Finalmente tienes la ficha de conservación que es según materiales y que se ordena por número de pieza.

¿Qué aspectos se considerar en el proceso de registro?

Lo primero que se hace cuando llega una pieza, que nos pasa habitualmente con una donación, es que tenemos que darle un destino. Nosotros dividimos estas piezas en colecciones distintas: una es la colección de arte precolombino, otra es una colección de estudio y tenemos también una colección de préstamos extendidos de otros museos o de particulares. Llega la pieza y se le hace una ficha de registro que significa ponerle un nombre, que es el número correlativo, describirla, hacerle fotografías, medirla, pesarla, ver su estado de condición y darle un lugar. Cuando se hace la evaluación y el estado de condición, derivas la pieza a los restauradores.

¿Cuántas piezas han pasado por tus manos?

El Museo tiene diez mil fichas, así que he analizado al menos diez mil piezas. Durante muchos años las colecciones llegaban y el registro se hacía aquí, ahora no se hace tanto porque las instituciones han desarrollado sus propios registros.

El sector de depósito del Museo posee objetos funerarios de miles de cementerios de diferentes partes de América. ¿Crees que las piezas llevan el sello de quien las utilizó y para qué las utilizó en su momento?

Yo creo que sí, pero es bien delicado ese tema. Yo entro todos los días aquí y saludo, haya o no uno de nosotros trabajando. Procuramos tener buena onda en el depósito, lo que suele ser así. Una vez me enfermé en terreno, tenía un ojo imposible, y una abuelita me miró y me dijo: “tú tienes un golpe de los abuelos, ¿estuviste viendo mucha piedra?” Yo quedé impresionada. Justo había un colega que estaba haciendo un trabajo sobre los morteros y habíamos estado fichando morteros. Le digo a la abuela que sí y ella me llevó a un manantial, me hizo remedios con harina, con plumas y otros elementos, mientras me instruía hacia dónde tenía que mirar. Yo hice absolutamente todo y me entregué. Al par de horas ya no tenía nada.

¿Cuál es tu pieza de cerámica favorita?

Tengo muchas. Hay un personaje que encuentro guapísimo, que tiene la mitad del cuerpo tatuado, pintado o decorado y que se encuentra en la sala introductoria. La otra pieza que me gusta es una ronda, que parece que fue hecha por niños porque luce infantil, de un material como la plasticina, pero debe ser muy difícil de hacer. Una pieza que no es de cerámica y que me gusta mucho es el quipu, lo encuentro fantástico, me gusta la impresión que causa en la gente cuando lo entienden.

¿Cómo evaluarías la experiencia de enseñar, ya sea en la instancia con el público en el Museo o en tus talleres?

Hemos hecho diferentes talleres de cerámica y además tengo 20 años haciendo clases. De alguna forma uno va entregando lo que ha aprendido en la universidad, pero con el público más general lo encontré interesante. Es distinto a la experiencia de los talleres, porque la gente te hace muchas preguntas y puedes ver el acercamiento que tienen, que es muy diverso. Lo encuentro bonito, el hecho que uno pueda traspasar lo que siente y lo que sabe sobre un objeto a las personas, creo que es un aporte.

#EnelLaboratoriodelPrecolombino

IMG_0783

IMG_0787

IMG_0800

Texto: Diana Torres.
Fotos: Oriana Miranda.