Features
Materials: Ceramic
Periodo: 900 - 1200 dC
Measures: 1090 mm de alto
Part Code: MCHAP 0663
En Teotihuacán y en Monte Albán, se rendía culto a Xipe-Totec “nuestro señor el desollado”, dios de la primavera, la fecundidad y la perpetua renovación de la tierra. A veces, se lo representaba vestido de una piel humana, símbolo de la renovación de la naturaleza, de los orfebres y dios de los guerreros sacrificados. En otras ocasiones, se lo esculpía bajo una piel de jaguar, de ofidio o de mono, como en el caso de esta escultura.
Relata Sahagún que en tiempos aztecas “…atribuían a este dios estas enfermedades que se siguen: primeramente las viruelas; también las apostemas que se hacen en el cuerpo y la sarna; también las enfermedades de los ojos… todos los que eran enfermos de algunas de las enfermedades dichas, hacían voto a este dios de vestir su pellejo cuando se hiciese fiesta, la cual se llama tlacaxipehualiztli, que quiere decir desollamiento de hombres; en esta fiesta hacían como un juego de cañas, de manera que un bando era de la parte de este dios o imagen del dios Toltec, y estos todos iban vestidos de pellejos de hombres que habían muerto y desollado en aquella fiesta, todos recientes y sangrientos y corriendo sangre; los del bando contrario era los soldados valientes y osados, personas belicosas y esforzadas que no temían en nada la muerte: osados, atrevidos que de su voluntad salían a combatirse con los otros. Allí los unos con los otros se ejercitaban en el ejercicio de la guerra; perseguían los unos a los otros hasta su puesto, y de allí volvían huyendo hasta su propio puesto; acabado este juego aquellos que llevaban vestidos los pellejos de los hombres, que eran de la parte de este dios Toltec , ibánse por todo el pueblo, y entraban en las casas, demandando que les diesen alguna limosna por amor de aquel dios. En las casas donde entraban los hacían sentar sobre unos hacecillos de hojas de tzapotes y echábanlos al cuello unos sartales de mazorcas de maíz, y otros sartales de flores, que iban desde el cuello hacia los sobacos, y les ponían guirnaldas y les daban de beber pulcre, que es su vino…” “…La imagen de este Dios es a manera de un hombre desnudo, que tiene un lado teñido de amarillo, y el otro de leonardo… tiene vestido un cuero de hombre; tiene los cabellos trenzados en dos partes y unas orejeras de oro…”