Museo Chileno de Arte Precolombino

Casi todas las telas presentadas en estas páginas, y gran parte de los objetos finamente elaborados que hoy llamamos “arte precolombino”, formaron parte de ofrendas funerarias. Hay pocas culturas, sin embargo, tan evocadoras de la muerte como Chancay, un pueblo de agricultores y comerciantes que se desarrolló inmediatamente al norte del valle Rimac, donde hoy se emplaza la ciudad de Lima. Una aparente tosquedad confiere especial dramatismo a las piezas halladas en los enormes cementerios Chancay, de donde provienen gran parte de nuestros conocimientos sobre esta cultura. Los postes funerarios de madera, con sus grandes ojos de concha, o los recipientes de áspera superficie en los que se dibujaron rostros en negro sobre blanco, son característicos de esta atmósfera hierática del arte Chancay, producido luego de la decadencia del imperio Wari, en momentos difíciles para los habitantes de la costa sur. Aunque los textiles Chancay suelen contradecir esta impresión, desbordando gracia y colorido, esta gran máscara funeraria representa claramente la fuerza de la representación plástica de este pueblo precolombino, alcanzando un máximo impacto dramático con una relativa economía de recursos técnicos. La pieza fue confeccionada con un tejido rectangular doblado en dos y cosido por los costados, definiendo el rostro mediante una combinación de pintura y la aplicación de láminas metálicas y tejidos. Sobre la base plana del rostro, probablemente pintada con un óxido de hierro se aplicaron láminas de una aleación de plata para definir los ojos, boca y nariz, así como un cintillo y lo que podría ser un tupu.
El metal fue repujado en relieve formando una fila de 15 pájaros en el cintillo. Bajo los ojos y la boca se aplicaron trozos tejidos en grueso pelo de camélido y, a modo de tocado, sujeta por el cintillo de metal, una tela de gasa decorada con teñido por reserva de amarras.