En la alfarería Chavín es posible observar un singular patrón expresivo, que, de cierta manera, nos introduce en la ideología y la cosmovisión de esta sociedad. Las vasijas que representan animales y hombres, generalmente tienen superficies lisas y de un brillo intenso, mientras que las vasijas que reproducen plantas o frutos, tienen superficies rugosas y opacas. Así, el brillo y la opacidad, cualidades esencialmente opuestas, podrían simbolizar el ordenamiento de la naturaleza de acuerdo a esta cultura, que separaba y contraponía el mundo animal del mundo vegetal.