Para los Moche, la fertilidad de la tierra estaba encarnada en el Gobernante. Cuando éste moría, perdía estas capacidades, sobreviniendo un período de inestabilidad, caracterizado quizás por desastres naturales, escasez o grandes pestilencias que golpeaban a toda la sociedad. El ilustre difunto comenzaba entonces un viaje que lo llevaba desde el Mundo de los Vivos al Mundo de los Muertos, y luego, desde el Mundo de los Muertos al Mundo de los Ancestros. En este trayecto, era objeto de numerosos rituales que tenían como propósito devolverle sus capacidades. Las actividades sexuales eran una parte central de estas ceremonias. Después de un tiempo en el más allá, el Gobernante fallecido “regresaba” al Mundo de los Vivos recargado de fertilidad, para terminar con las tribulaciones de sus súbditos y reinar por un nuevo período.