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Catorce mil personas han visitado el Museo desde su reciente reapertura

Cerca de catorce mil personas han visitado el Museo a dos meses de su reapertura, luego de haber estado cerrado por dos años, para realizar la más importante transformación desde su nacimiento.

Este edificio patrimonial recibe hoy al visitante con un gran hall techado y climatizado con tienda y una cafetería que abrirá próximamente. Esta innovación ideada por el arquitecto Smiljan Radic nos presenta un segundo piso enteramente remodelado con siete salas de exhibición con piezas precolombinas de toda América. Notable es la sala textil con valiosísimas piezas de arte andino que son resguardadas con tecnología de punta en un espacio que enciende sus luces sólo cuando entra una persona, para así evitar la exposición de telas a la luz que los daña.

El subterráneo edificado en este periodo de reconstrucción, alberga una gran exposición permanente titulada Chile Antes de Chile con 450 metros cuadrados dedicados a los pueblos originarios de nuestro país. El relato propuesto por los curadores del Museo pone énfasis en que el mundo precolombino se encuentra presente en la esencia de Chile y que no se ha extinguido. Al mismo tiempo, la museografía ideada por el inglés Geoff Pickup y producida por SUMO pone en escena los logros artísticos de las sociedades que ocuparon las diferentes geografías del paisaje de nuestro territorio, desde los desiertos del norte, los fértiles valles del centro, las selvas templadas y Rapa Nui en medio del océano Pacífico.

Entre las 350 piezas de cerámica, tejido, piedra, madera, momias y otras, sobresalen los grandiosos chemamulles, estatuas funerarias de más o menos tres metros alto instaladas en el área dedicada al extremo sur de Chile. Estas obras de arte encontradas sobre las tumbas de los antiguos cementerios mapuches simbolizan el espíritu de quienes eran enterrados allí para iniciar su viaje a la otra vida. El recorrido muestra además el más grande quipu encontrado en el mundo. Este es un instrumento de cuerdas colgantes y subsidiarias que usaba el Imperio Inka para registrar su contabilidad a través de diversos nudos realizados en estas sogas.

Entretenida para niños y adultos es la Zona Interactiva Mustakis –ZIM- que permite usar la imaginación para adentrarse en el mundo de las culturas prehispánicas y sus raíces. En este lugar, entre otras actividades, el visitante aprende bailes típicos de Chile, reconoce el olor de las principales fuentes de alimento cultivadas en América y también a través de juegos puede reconocer su mestizaje e identificar el paisaje de Chile.

Cabe destacar que este importante aporte a la cultura nacional pudo ser realizado gracias a la colaboración de Minera Escondida, institución que aportó 17 millones de dólares para la ampliación y museografía. Substancial contribución también fue realizada por el Legado Bicentenario del ex Presidente Sebastián Piñera; el Consejo Nacional de la Cultura y de las Artes y la Ley de Donaciones Culturales y la Ilustre Municipalidad de Santiago que ha estado desde los inicios asociada al Museo.