El descubrimiento de América trajo consigo un sinfín de cambios revolucionarios en el Viejo Mundo.
Uno de ellos, menos conocido pero que ha comenzado a ser cada vez más valorado, es el cambio que se produjo en las gastronomías europeas y del resto de mundo desde el siglo XVI hasta nuestros días, con la incorporación paulatina de una gran diversidad de nuevas especies vegetales encontradas por los españoles en estas lejanas tierras. De alguna manera, y dependiendo del alimento y de las distintas situaciones por las que atravesaban las principales naciones europeas que los acogieron, los productos americanos contribuyeron a enriquecer sus economías, a salvar de la hambruna a mucha población devastada por las guerras y las enfermedades, y también, por qué no, a diversificar su vocabulario culinario dotándolo de nuevas y sugerentes palabras.
A pesar de que al principio existió un cierto desprecio o indiferencia respecto de ciertos alimentos y especies autóctonas, las primeras percepciones que los españoles difundieron de ellas estuvieron teñidas de mitología, de exotismo, de fertilidad y abundancia, todas las cuales les permitían justificar sus intereses económicos. Más tarde, el afán científico junto a la exploración más profunda de este continente, fueron paulatinamente dando a conocer estos productos e introduciéndolos en las mesas europeas.
Entre las plantas domesticadas en América que llegaron a Europa hay varias que son fundamentales en la dieta mundial de hoy. Aquí describiremos las que se integraron con mayor rapidez a los hábitos culinarios y culturales del Viejo Mundo, sin embargo, quedan muchas otras especies nativas igualmente únicas e importantes que se restringen al consumo tradicional y local de cada nación americana y que para su conocimiento se detallarán en una tabla al final de este escrito. Entre las primeras podemos mencionar al ají y la vainilla, dos importantes especias que esperaban encontrar originalmente los españoles en “las Indias”; luego la papa, el maíz, el tomate, los frijoles o porotos, las calabazas y zapallos; todos ingredientes básicos de la cocina precolombina que después de un par de siglos ya formaban parte del recetario “tradicional” español y después europeo. También el cacao y su derivado, el chocolate, el girasol, la piña, el aguacate o palta, el maní, la chirimoya y la frutilla, son parte de una larga lista de productos indispensables en la alimentación actual.
En suma, podríamos decir queAmérica fue descubierta y explorada por los europeos, pero con el correr del tiempo el Nuevo Mundo se convirtió en la gran despensa alimenticia del Viejo Mundo.
Entre los primeros productos con los que se encontraron los españoles en las Antillas y luego en Mesoamérica, están el ají o chile (Capsicum sp.) y la vainilla (Vanilla planifolia), dos especias desconocidas hasta ese entonces.