Los petroglifos, conocidos también como grabados, son dibujos trazados en planchones de afloramientos rocosos o en bloques aislados, que se obtenían por extracción de material del soporte. Los diseños se lograban con una herramienta más dura que la superficie de la roca, generalmente un instrumento cortante o un percutor, con el cual se rompía la pátina de oxidación de la piedra. Al remover esta película, el grabador exponía a la vista el interior más claro de la roca, produciendo el dibujo por contraste. Se conocen también ejemplos de imágenes negativas, producidas por la remoción de la pátina que rodea la figura que se intenta dibujar.
Experimentos actuales muestran que los petroglifos se hicieron empleando, solas o en combinación, cinco principales técnicas. La incisión, que implica el corte o rotura del soporte mediante el movimiento unidireccional de un artefacto cuyo filo se desplaza en forma paralela a la dirección de la utilización, image 3. El raspado, que es la abrasión del soporte mediante el movimiento bidireccional de un artefacto cuyo filo se desplaza en forma perpendicular a la dirección de uso, imagen 2. La horadación, que implica la inserción gradual de un artefacto filudo en el soporte mediante movimientos de rotación en sentido horario y antihorario imagen 4. El picado, en que un artefacto actúa como martillo y otro como cincel imagen 1. Finalmente, el machacado, que resulta del golpeteo del soporte mediante el uso de un artefacto que impacta directamente sobre el mismo.