La Cultura Chavín deriva su nombre del sitio arqueológico Chavín de Huántar, ubicado en un fértil valle de la sierra centronorte peruana, a 3135 m de altitud.
La Cultura Chavín deriva su nombre del sitio arqueológico Chavín de Huántar, ubicado en un fértil valle de la sierra centronorte peruana, a 3135 m de altitud.
La base de la economía Chavín fue la agricultura. Si bien no se sabe cuán desarrollados estaban los sistemas de regadío, el uso de gran cantidad de plantas domesticadas (maíz, frijoles, calabazas, papa, quinua, etc.) evidencian un acabado conocimiento de técnicas agrícolas. Esta actividad era combinada con la pesca, caza y recolección de recursos marinos en la costa y con la caza de animales en la sierra. A juzgar por los restos encontrados en los basurales, la llama parece haber desempeñado un importante rol en la dieta y el transporte de bienes.
Chavín se refiere también a un estilo de arte, caracterizado por el uso de simetrías, repeticiones, líneas curvas, imágenes metafóricas y motivos como los colmillos entrecruzados, el “ojo excéntrico”, las fosas nasales dilatadas y las garras. Gran parte de las representaciones se inspiran en la fauna y flora de la selva amazónica, tales como cocodrilos, felinos, serpientes, águilas y plantas ejecutados en forma intrincada y estilizada. Este estilo se plasma en distintas materias primas y alcanza por lo general altos grados de complejidad. El mayor desarrollo de este arte estuvo en la piedra, con la que construyeron enormes templos y esculpieron estelas y obeliscos con la figura de seres mitad hombre – mitad felino, tales como el Lanzón, la Estela Raimondi y el Obelisco Tello. Esta preferencia por el trabajo de la piedra encuentra un reflejo en la alfarería, la que exhibe un inconfundible aspecto pétreo, ya que es principalmente de color gris y decorada por incisión. Destaca su extraordinaria calidad técnica, así como el énfasis en las decoraciones de tipo plástico y, sólo excepcionalmente, la aplicación de pigmentos de color. Sus formas comprenden botellas con asa-estribo imitando frutas, escudillas y botellas simples.
El estilo Chavín parece haberse difundido a través de los Andes Centrales como expresión de un culto consagrado a sus principales deidades. El felino es uno de los elementos centrales de este culto. Sus atributos aparecen en individuos humanos con cetros provistos de grandes colmillos curvos. Las serpientes en la cabeza y cintura, así como las garras de aves de rapiña de estos personajes, indican que los ofidios y las águilas integraban también la constelación de animales que proporcionaban poderes a estas divinidades. Las plantas alucinógenas que aparecen en su iconografía sugieren que el chamanismo desempeñaba un importante papel en las creencias religiosas y prácticas rituales. Las formas de entierro van desde fosas simples con esqueletos extendidos y flexionados, a otras más elaboradas, revestidas con piedras.
El aumento de la población durante esta época se refleja en aldeas ubicadas en la mayoría de los valles de la costa y la sierra, especialmente en las faldas de los cerros. Generalmente estaban compuestas de 20 o 30 viviendas, hechas de materiales perecederos y, en algunos casos, de piedras unidas con barro o a veces con adobes. Las formas de estas viviendas varía de región en región, aunque la mayor parte son de planta rectangular o semicircular. En cerámica existen modelos de casas con techo a dos aguas, posiblemente usadas en la sierra, ya que en la costa las lluvias son muy escasas como pasra requerir este tipo de techumbre. Las aldeas no diferían mucho de las del período anterior, pero contienían áreas para tareas productivas especializadas, así como barrios diferenciados por el estatus de sus residentes.La gran innovación estuvo en la arquitectura monumental de los centros ceremoniales, constituidos por conjuntos de edificios o templos de estructura piramidal, de plataformas superpuestas, hechos de piedra y/o con adobes cónicos. Destaca el gran centro ceremonial Chavín de Huántar, que cuenta con distintos templos, pasillos, plazas, patios hundidos, galerías subterráneas con propiedades acústicas, algunos de ellos construidos conforme a orientaciones astronómicas.
Chavín representa la consolidación de los procesos culturales de larga historia en los Andes, tales como la invención de la cerámica y la agricultura, la vida en aldeas y la arquitectura monumental. La distribución de su estilo de arte, principalmente a través de la cerámica y los tejidos, obedeció a la diseminación de sus influyentes ideas religiosas, extendiéndose desde Chongoyape por el norte hasta Ica y Ayacucho por el sur, constituyendo el fundamento cultural de las sociedades que se desarrollaron en los Andes con posterioridad. Algunos autores sostienen que Chavín de Huántar siguió funcionando como un centro de peregrinaje hasta la llegada de los españoles.