Museo Chileno de Arte Precolombino

La sociedad Moche ritualizó la muerte de un modo extremo. Hicieron de este acontecimiento individual un hecho de enorme repercusión social. El Estado intervenía activamente en la consumación del ritual funerario, construía un ambiente simbólico apropiado y definía las formas en las que cada individuo debía transitar en la muerte. Ante este hecho crucial de la vida, se ponía en movimiento una costosa maquinaria política, económica y simbólica para prodigar eficacia en el “último viaje”.Conocemos algunos cientos de entierros moche y no parecen responder a una pauta rígida e inflexible. Ellos son diferentes por las materias primas, tecnologías, objetos e iconografía presentes en cada contexto fúnebre. Muy escasas sepulturas incluyen máscaras, privilegio reservado probablemente sólo a unos pocos.

Las máscaras fúnebres eran colocadas directamente sobre la cara del difunto, transformándose en el rostro que le acompañaría durante su vida en la muerte. La máscara permanecía indeleble venciendo la fragilidad de la carne. En nuestro caso se trata de un “rostro” de metal con rasgos faciales inexpresivos, aunque cubierto por colgantes similares a estrellas. Las cuencas vacías de sus ojos no parecen mirar,están cubiertas por una fina lámina de metal redondeado. Este es un rostro “condenado” a no mirar en la muerte a vivirla por otros medios, por otros sentidos.