Culturas ancestrales del Ecuador: lo femenino y lo masculino – 2004
Presentación
La noción de género designa las relaciones sociales entre los sexos, es un concepto que intenta demostrar las construcciones culturales donde la sociedad otorga roles apropiados para hombres y mujeres. A partir de estos roles asignados se entablan relaciones de igualdad, desigualdad y complementariedad entre los actores sociales de distinto sexo. El género se refiere a los orígenes exclusivamente sociales de las identidades femeninas y masculinas, rechazando así la interpretación tradicional de esferas separadas entre hombres y mujeres, como simples diferencias o determinaciones biológicas.
De ello se desprende que el género es socialmente construido, es el conjunto de disposiciones por las que una sociedad determinada transforma la sexualidad biológica en expresiones de actividad humana que satisfacen las necesidades cotidianas a través de prácticas, normas, símbolos, representaciones y valores.
El interés de dar un acercamiento hacia una visión de género en arqueología radica en el intento de reconstruir la dinámica de la relación entre lo masculino y lo femenino en el pasado, poniendo énfasis en su participación como actores del desarrollo y cambio sociocultural.
La evidencia arqueológica es limitada y puede ser muda, pero es el único rastro de la actividad humana del que se dispone y sabiendo interpretarlo en sus distintas manifestaciones (basurales alimenticios, instrumentos de trabajo, enterramientos y ajuares, la división y el uso del espacio, la ideología expresada a través de las figurillas, etc.) se puede llegar a inferir la presencia y la importancia que cada sociedad dio al género en el pasado. Es importante conocer lo que los hombres y las mujeres hacían al interior de las distintas sociedades y cómo ese hacer determinó su posición en la estructura social.
Inicialmente hombres y mujeres se relacionan, complementándose, para modificar el entorno. Sus actividades en la apropiación, producción y utilización de los recursos fueron los medios para satisfacer las necesidades biológicas y espirituales. En este proceso cada género intervino en su momento para la optimización del esfuerzo colectivo. La diferenciación de roles se fue delimitando de acuerdo a lo que cada sociedad asignó a cada sexo.