Cultivadores y cultivadoras

Cultivadores y cultivadoras

Cultivadores y cultivadoras

Las sociedades altamente productivas y especializadas tuvieron una diversificación de tareas que involucró necesariamente una diferenciación en el trabajo masculino y femenino y la complementariedad de éstos en determinados procesos productivos. El cultivo de maíz y otros granos estuvo balanceado entre hombres y mujeres: los primeros posiblemente se encargaban de la preparación del terreno y las segundas de plantar las semillas.

Las huellas de alteraciones óseas encontradas en esqueletos femeninos de esta época, sugieren la adopción prolongada de una determinada posición corporal (encuclillas) durante lapsos de tiempo continuos. De acuerdo a los resultados del análisis de antropología física, esta alteración puede estar relacionada con procesamiento del maíz en grandes metates.

Sin ser ésta la única actividad femenina, sus consecuencias son una evidencia de la intensidad de intervención de la mujer dentro de los procesos productivos. Estos eran controlados por una élite cacical que acumulaba bienes generados y entregados como tributo por una población dependiente.

SOCIEDADES DE PRODUCCIÓN ESPECIALIZADA

Período de Desarrollo Regional 300 a.C. – 500 d.C.
En este período se evidencia una consolidación ideológica y la especialización en el campo de las actividades productivas, artesanales y ceremoniales. En estos ámbitos las relaciones de género están implícitas en todos los campos de la vida social.

Las sociedades del Desarrollo Regional alcanzaron una estrecha relación con su entorno, logrando modificar el paisaje para satisfacer sus necesidades.

Las tareas tienden a diferenciarse con la especialización. En actividades productivas, tales como la agricultura intensiva, la pesca, la caza y la recolección de distintos recursos, la distribución de tareas se hace según las capacidades individuales de cada género. Las actividades artesanales se reparten, en cambio, de acuerdo a la disposición y a la habilidad de cada individuo. A medida en que la sociedad se vuelve más compleja la variedad de actividades se tornan en responsabilidades asignadas a cada género.

Muchas de las figurillas cerámicas son representaciones realistas de diferentes escenas de la vida cotidiana y ceremonial. En este período es común encontrar personajes ejecutando ciertas actividades que sugieren los roles asignados socialmente, tanto a hombres como a mujeres. En muchos casos se puede inferir cómo los géneros se complementaban en el ejercicio del dominio en determinadas esferas.