Aun cuando las primeras manifestaciones artísticas en los Andes preceden en varios miles de años a Chavín, fueron los logros de esta cultura de la sierra peruana los que influyeron más decisivamente en el desarrollo posterior del arte andino. Esta influencia se dejó sentir inicialmente en culturas como Vicús y Moche, en el norte y centro del Perú, y en menor grado, en Parakas, en la costa sur peruana y Pukara, en el lago Titicaca. Muchas de las convenciones iconográficas y estéticas de Chavín son reconocibles en el arte de diversas culturas posteriores, ya sea en la alfarería, los textiles o la escultura en piedra. Es esta continuidad la que permite hablar de Chavín como una cultura fundacional, que dejó como legado una larga y extensa tradición artística cuyas últimas reminiscencias se encuentran en culturas como Wari, Tiwanaku y Chimú.