Recreación de personaje aspirando polvos alucinógenos (dibujo Alex Clave).

Tubo madera para aspirar polvos psicoactivos con representación de rostro humano. Periodo Post nwanaku, 1000 a 1450 d.C.Colecció n Museo Chileno de Arte Precolombino,2566.

Tableta para polvos alucinógenos. Madera. Norte Grande. Periodo Post Tiwanaku 1000 – 1300 d.C. Museo Chileno de Arte Precolombino , 1975.

Tubo madera para aspirar polvos psicoactivos con representación de rostro humano. Periodo Post nwanaku, 1000 a 1450 d.C.Colecció n Museo Chileno de Arte Precolombino,2566.

Espátula con representación de felino. Hueso. Norte Grande. Periodo Post nwanaku 1000 – 1300 d.C. Museo Chileno de Arte Precolombino ,2783.

Tableta para polvos alucinógenos con representación de llama felinizada. Madera,concha perla y malaquita. Norte Grande. Período Post nwanaku 1000 – 1300 d.C. Colección Museo Chileno de Arte Precolombino ,2594.

Detalle tableta para polvos alucinógenos. Madera. Norte Grande. Periodo Post Tiwanaku 1000 – 1300 d.C. Museo Chileno de Arte Precolombino , 1975.

Máscara ritual pintada.Cuero. Costa de lquique,Pescadores Tardíos , 1000 – 1470 d.C. Colección Museo Regional de lquique.

Máscara ritual pintada.Cuero. Costa de lquique,Pescadores Tardíos , 1000 – 1470 d.C. Colección Museo Regional de lquique.

Sustancias psicoactivas

Culturalmente diferentes de los pueblos del interior, los pescadores nortinos compartían la práctica ritual de inhalar potentes sustancias psicoactivas.

Aunque en las costas del norte de Chile no crecen plantas con propiedades psicoactivas, los pueblos del litoral fueron consumidores de polvos preparados con este tipo de sustancias. Los primeros vestigios de estas prácticas rituales datan del primer mileno antes de nuestra Era, cuando ya existían los dos instrumentos básicos del equipo alucinógeno: una tableta para depositar los polvos y un tubo para inhalarlos por la nariz. Con el tiempo este instrumental se fue sofisticando, llegando a su clímax con la influencia de Tiwanaku, un estado que floreció en el altiplano de Bolivia. Si bien desconocemos con precisión cuáles eran las sustancias que inhalaban los pescadores del litoral chileno, estudios realizados en San Pedro de Atacama, donde estos ritos fueron muy comunes, demuestran que parte de los componentes químicos provenían de semillas de cebil (Anadenanthera colubrina), un árbol que crece en Bolivia y el noroeste de Argentina.