Llama amantando a su cría, Panel XI.

“Humanidad vestida”, detalle figura de Panel XI.

Secuencia fotográfica de un panel principal del Alero Taira durante el día del solsticio de verano. En la segunda toma, el sol “marca” el vientre de una de las llamas.

Secuencia fotográfica de un panel principal del Alero Taira durante el día del solsticio de verano. En la segunda toma, el sol “marca” el vientre de una de las llamas.

Secuencia fotográfica de un panel principal del Alero Taira durante el día del solsticio de verano. En la segunda toma, el sol “marca” el vientre de una de las llamas.

Bajando del cielo

En Taira, una llama da de mamar a su cría, como Yakana lo hace en el cielo. Bajo ella, la humanidad está vestida: la lana ha surgido abundante, como el pasto que crece en torno a los manantiales.

En el solsticio de verano, cuando las llamas empiezan a parir a sus crías, vemos en Taira un efecto de luz y sombra único en el año. El sol, como un semental, proyecta una sombra en una de las llamas marcando la línea de su vientre como si la dejara preñada. Así, el nacimiento de las llamas en la tierra está vinculado también con el cielo.