Gorros del desierto – 2006
Cubrirse la cabeza
Las prendas utilizadas en la cabeza, además de cumplir funciones prácticas, son un medio privilegiado para informar quien es en términos sociales, políticos o ideológicos la persona que las usa.
Uno de los aspectos más fascinantes de la cultura humana es la extraordinaria multiplicidad de formas que se ha ideado para vestir el cuerpo. Más allá del hecho de proteger de los elementos naturales de los distintos ambientes, las vestimentas se diferencian por los significados que cada pueblo les ha conferido a lo largo de la historia en distintas partes del mundo, conforme a sus particulares costumbres, valores, convenciones y creencias. La variación en el atuendo no es sino la representación de la diversidad humana vista a través de una de sus manifestaciones culturales más expresivas. La cabeza -como el punto más prominente y visible del cuerpo- ha sido tradicionalmente el lugar privilegiado para expresar mucho de esta diversidad. “Vestir” la cabeza mediante penachos, diademas, turbantes, mantillas, gorros, birretes, capuchas, cascos, coronas u otros tipos de tocados, ha sido y sigue siendo un recurso simbólico empleado prácticamente en todas las sociedades. Estas prendas son parte del lenguaje no verbal que la humanidad ha elaborado para comunicar importantes mensajes sociales, políticos, económicos, étnicos y de género, sirviendo para señalar la condición de las personas que las utilizan.