Los tocados en la civilización andina

El tocado era uno de los elementos más distintivos del atuendo andino. Diversas culturas del antiguo Perú nos han legado hermosos turbantes, gorros, cascos y diademas.

Uno de los primeros actos del dios Wirakocha al crear el mundo andino, fue dar trajes diferentes a cada nación. No debiera extrañar, entonces, que las crónicas de los conquistadores españoles del siglo XVI coincidan en destacar que los diferentes pueblos de los Andes se conocían por sus vestimentas. Existían, también, prendas especiales para algunas situaciones, fiestas y ceremonias, pero en lo esencial, el atuendo funcionaba como marcador de identidad social o de membresía del individuo a un grupo étnico. Entre las diferentes piezas del traje andino, el tocado era uno de los elementos más distintivos. Numerosos relatos andinos mencionan que las divinidades y los héroes fundacionales de los pueblos andinos usaban determinados gorros o diademas y todas las imágenes de personajes míticos plasmados en antiguas esculturas de piedras, textiles, artefactos metálicos, cerámicas y objetos tallados en madera o hueso, llevan complejos tocados a modo de distintivos. Gobernantes y altos dignatarios usaban también tocados especiales como insignias de su elevado rango y los gobernados llevaban en la cabeza divisas que señalaban su pertenencia a una determinada nación o pueblo. Culturas como Parakas, Nasca, Wari, Chimú, entre varias otras, nos han legado hermosos turbantes, gorros, cascos y diademas, que se han conservado hasta nuestros días. Por lo tanto, se puede afirmar que los tocados fueron parte de la civilización andina desde sus más remotos orígenes. Así fue también en las culturas prehispánicas del norte de Chile.