Llama de oro: Ofrenda de Adoratorio de Altura. Inka, norte de Chile. MCHAP

Figurilla masculina de plata: Ofrenda de Adoratorio de Altura. Inka, norte de Chile. MCHAP.

Oro y plata

Los objetos de oro y plata representaban el sol y la luna, de los cuales se descendían el inka y su esposa, la coya.

Los soberanos inkas se consideraban descendientes de los principales astros, el oro era el sudor del sol y la plata las lágrimas de la luna, razón por la cual estos metales eran sagrados y patrimonio exclusivo de la élite. Por lo general, los objetos confeccionados en metales nobles se utilizaban como regalos para las autoridades locales o como reconocimiento por los servicios prestados al Estado. En muchas ocasiones eran también consagrados como ofrendas en las Capacochas de montaña o depositadas en los ajuares funerarios de miembros de las élites estatales o locales. Puesto que cada soberano debía formar su propia riqueza, acceder a los yacimientos de metales preciosos fue una de las razones principales para la expansión del Tawantinsuyu hacia el actual territorio chileno. Conforme a las crónicas españolas, los lavaderos de oro del estero Marga Marga, cerca de Viña del Mar, fueron profusamente explotados: los inkas tenían allí a casi dos mil hombres y mujeres jóvenes trabajando en la extracción y el fundido del oro.