El arte del cobre en el mundo andino – 2004
- De piedra a joya
- Útiles metálicos
- La paleta cromática del cobre
- Sonidos y brillos metálicos
- Cencerros de bronce
- Metales para quitar la vida
- Cobre en la mesa del chamán
- Cobres en la imaginería andina
- Cuerpos metálicos
- El rostro de la muerte
- Comida para los hombres
- Comida para los dioses
- El poder de los cailles
- Epílogo
- Galería de fotos
Comida para los hombres
En el pasado prehispánico, la comida y la bebida fueron actividades inherentes a los rituales y festividades andinas. Durante las ceremonias, el orden de los comensales para sentarse, comer, beber y hablar era jerárquico, como lo era también el estatus y el rango social de los individuos, que se reflejaba en la materialidad y la calidad de la vajilla empleada en ellas. Los sujetos de extracción social baja usaban sencillas vasijas de calabaza o cerámica, mientras que los de mayor posición social empleaban recipientes más finos y elaborados, especialmente los fabricados de plata y oro o de aleaciones en base al cobre.
El kero fue uno de los vasos para libaciones rituales de uso más tradicional en los Andes, Era además un símbolo de poder y autoridad dentro de las sociedades andinas. Los hubo de cerámica y madera, pero los más destacados fueron los de oro y plata pertenecientes a los importantes imperios de Tiwanaku, Wari e Inka y al reino Chimú. Sus autoridades políticas y religiosas usaban estos recipientes en las ceremonias de agasajo que organizaban en reciprocidad a las prestaciones colectivas de trabajo de las comunidades sujetas a estos estados. Según las crónicas hispánicas, en estas fiestas la nobleza Inka utilizaba pares de kero en los que se bebía chicha de maíz, para compartir con las elites locales y sellar alianzas. Uno de ellos era usado por la principal autoridad, el otro era ofrecido al jefe o al señor étnico agasajado. Dado el alto prestigio otorgado a los objetos de metal, es muy probable que los keros de oro y plata fueran de propiedad y uso de los personajes más importantes, marcando con ello el poder, el estatus y las desigualdades sociales tan institucionalizadas en este imperio