El arte del cobre en el mundo andino – 2004

 
 

Presentación

 

El trabajo de los metales es una de las manifestaciones culturales más avanzadas en el conocimiento y uso de los recursos naturales. Hace unos 10 mil años, la especie humana logró modificar las características físico-químicas de ciertos minerales para producir utensilios, herramientas, armas y ornamentos. Para lograr esta innovación, los artífices del metal debieron inventar y controlar técnicas muchísimo más complejas que las requeridas para modificar otros materiales como la madera, la piedra y el hueso, así como para usar los metales en estado “nativo”, es decir, aquellos metales que se encuentran en la naturaleza en estado más o menos puro y que pueden ser trabajados directamente para confeccionar objetos.

 Una tradición milenaria

En los Andes prehispánicos, esta importante etapa en el desarrollo tecnológico de la humanidad alcanzó con el cobre una de sus expresiones más significativas. Habitantes de uno de los territorios más ricos del planeta en recursos minerales, las antiguas sociedades de Perú, Bolivia, Chile y Argentina desarrollaron desde hace unos 4500 años múltiples centros de extracción, de producción y de distribución del cobre. Fue una tradición desarrollada por generaciones y generaciones de mineros, lapidarios, metalúrgicos y orfebres, que se originó en forma totalmente independiente del Viejo Mundo y que influyó decisivamente en el trabajo del cobre desarrollado varios siglos después en América Central y América del Norte.

 La nobleza del metal rojo

El metal rojo fue la columna vertebral de este fascinante desarrollo metalúrgico, ya que fue la base para todas las aleaciones. Esto confirió un sello o marca distintiva a la metalurgia andina. La nobleza de este metal reside, precisamente, en su capacidad de aleación con otros metales o metaloides, como el oro, la plata, el arsénico, el níquel y el estaño. Mediante estas aleaciones es posible obtener materiales con propiedades de dureza, tenacidad, maleabilidad, color, brillo y sonido que son muy diferentes a las que posee cada uno de los metales por separado.

El poder del cobre

Fue esta capacidad de transformación del cobre la que condujo a las culturas andinas a atribuirle poderes simbólicos. Los objetos de cobre y sus aleaciones fueron usados ritualmente para hacer germinar la tierra, informar sobre el estatus o posición social de las personas, quitar la vida, proteger a los difuntos en su viaje al más allá y comunicarse con las deidades que controlan los aspectos más vitales para la subsistencia en los Andes.