Chimú, laberintos de un traje sagrado – 2005
Traje y símbolos
Al igual que todas las prendas ceremoniales, el traje Chimú desempeñó la función de investir a su usuario del poder de los símbolos representados en él. En este caso el poder se relacionaba principalmente con la capacidad de controlar la fertilidad agrícola en un medio excepcionalmente árido.
El vestuario, además de cumplir funciones utilitarias como proteger del frío o del sol, es muchas veces un medio privilegiado para representar conceptos e ideas. Éste es especialmente el caso de los trajes ceremoniales, que suelen estar plagados de símbolos relativos a las personas que los usan y al momento en que son utilizados. Este tipo de trajes tiene la propiedad de investir simbólicamente a su usuario del poder político, social e ideológico de los símbolos que están representados en él.
Este atuendo es un excelente ejemplo de la función simbólica del vestuario ceremonial, ya que está repleto de símbolos alusivos a diversos aspectos de la ideología Chimú. Son símbolos que se conjugan para representar una metáfora en la cual la fertilidad agrícola emana de las construcciones ceremoniales donde se veneraban las momias de los ancestros de los gobernantes. Hablan de una vinculación ideológica entre la productividad de los campos y el culto a la dinastía en el poder, vinculación que era materializada en ritos efectuados en los centros ceremoniales controlados por la elite. O sea, quien utilizó este traje sagrado encarnó en sí el poder de asegurar la reproducción de una sociedad basada en la agricultura, pero que vivía en un territorio en extremo desértico, paradojalmente golpeado por cíclicas y destructivas inundaciones provocadas por el fenómeno global de la corriente marina de “El Niño”.