Chimú, laberintos de un traje sagrado – 2005
Ambientes para exhibir textiles
Los materiales orgánicos son muy sensibles a las fluctuaciones de temperatura y humedad relativa, así como a la polución e infestación biológica. De ahí que los criterios de conservación sean frecuentemente muy estrictos al momento de exhibir piezas textiles precolombinas.
En general, la temperatura en el área de exhibición debe mantenerse entre los 18°C y los 24°C, evitando que ocurran oscilaciones importantes que puedan desestabilizar el material que compone las piezas.
Un rango aceptable de humedad relativa es entre 40 – 60% HR, tomando en cuenta que los objetos tienden a adaptarse hasta alcanzar el equilibrio en las condiciones ambientales a las que están expuestos.
La contaminación por partículas entra a un edificio a través de la ventilación natural y de los sistemas de control ambiental. Las partículas -el polvo en el aire a nuestro alrededor- son una mezcla compleja de tierra, hollín de carbón, microorganismos y materiales proteínicos. Esta combinación puede ser abrasiva, atraer la humedad y promover la proliferación de insectos, hongos y moho.
La acumulación de polvo puede oscurecer o manchar la superficie de un objeto en forma irreparable, mientras que los depósitos grasosos son imposibles de remover de superficies porosas o frágiles.
Los agentes biológicos de deterioro pueden atacar cualquier objeto que contenga material de origen vegetal o animal. La infestación biológica incluye el daño causado por microorganismos, tales como moho y hongos, e insectos taladradores de madera y polillas, además de los roedores, considerados como plagas mayores.