Portada del libro III Concilium Limense (1583), Madriti: Ex Officina Petri, Madrigalis Typographi, 1591. Fotografía, Luis Solar L.

Un contador hispano-indígena portando quipu y libro, según el cronista indígena Guamán Poma de Ayala (1615).

Dibujo de un quipu actual del área de Cuzco, Perú. Tomado de L. Locke (1923).

Quipus durante la Colonia

Durante las décadas que siguieron a la destrucción del Imperio Inka por los conquistadores españoles en el siglo XVI, las comunidades andinas siguieron utilizando quipus para llevar sus registros. La información que contenían era vital para la administración colonial. Varios de estos quipus fueron transcritos con la ayuda de los últimos quipucamayoc, en documentos que se conservan hoy en día en diversos archivos.

Después de unas décadas de coexistencia de quipus y archivos escritos, la relación entre estos dos sistemas de registro se convirtió en una fuente de problemas para los administradores españoles. En ese tiempo, las comunidades andinas continuamente perdían miembros a consecuencia de muertes y también debido a que huían para escapar del nuevo sistema tributario, el que incluía en muchos casos trabajo forzado en las temibles minas. Incapaces de leer quipus, los administradores veían a menudo que en las disputas legales los registradores indígenas cuestionaban sus recuentos escritos. Para silenciarlos, en el Tercer Concilio de Lima de 1583, los quipus fueron declarados objetos idólatras por el clero, ordenándose su destrucción.

No obstante, estos instrumentos siguen usándose, de manera mucho más simplificada, en contados y remotos lugares de los Andes hasta el día de hoy