Selección de objetos Inka Imperial y de la provincia del Collasuyu (Arica). Colección Museo Chileno de Arte Precolombino.

Aríbalo de cerámica, Imperio Inka, 1400 – 1532 d.C. Colección Museo Chileno de Arte Precolombino, 2646.

La diversidad ecológica en los cuatro suyos o provincias del extenso territorio del Imperio Inka, unidos a través de su compleja red de vialidad. Se señalan los principales sitios Inkas y lugares donde se han registrado quipus.

Tawantinsuyu , el Imperio de los Inkas

A partir del siglo XV, los inkas conquistaron mediante la diplomacia y las armas una infinidad de reinos, señoríos y tribus de los Andes, formando un imperio que unificó políticamente un territorio que se extendía por 5000 km, desde el sur de Colombia hasta Chile central, pasando por Ecuador, Perú, Bolivia y el noroeste de Argentina. Se calcula que en la plenitud de su Imperio, los gobernantes inkas ejercían dominio sobre más de 10 millones de personas.

Conocido como Tawantinsuyu, el Imperio Inka se dividía para fines políticos y administrativos en cuatro suyus o regiones: Chinchaysuyu, Condesuyu, Antisuyu y Collasuyu. Desde Cuzco, su capital, partían caminos en las cuatro direcciones. Este sistema vial, denominado Qhapaqñan, consistía en alrededor de 40.000 km de arterias troncales y ramales, a lo largo de las cuales los ingenieros y arquitectos construyeron casi 2000 tambos y tambillos que distaban 15 a 25 km entre sí. Estos asentamientos cumplían principalmente funciones de alojamiento de individuos o grupos en misión oficial; servían como lugares de almacenaje de comida, forraje, leña y otros productos (ropa, armas); y acogían diversas tareas administrativas. Desempeñaban asimismo funciones relacionadas con la producción de cerámicas, el control de las vías, la minería, el apoyo militar y actividades ceremoniales. En ellos pernoctaban también los llameros del Estado y sus recuas de llamas que transportaban artículos provenientes de diversos puntos del Imperio.