Uno de los 32 quipu. de las tumbas de Laguna de los Cóndores. Fibra de camélido. Colección Museo de Leymebamba del Perú, CMA 0847A. Fotografía, Yutaka Yochii.

Laguna de los Cóndores, región de Chachapoyas, Perú. Fotografía, Gary Urton.

Los Quipus de Laguna de los Cóndores, región de Chachapoyas, Perú

Chachapoyas parece haber sido una confederación étnica de pueblos que ocupaban las tierras altas y bajas del norte del Perú, cuyo lugar de origen estaba entre los ríos Marañón y Huallaga, dentro del actual Departamento de Amazonas en Perú. Los chachapoyas estuvieron entre los últimos pueblos en ser conquistados por los inkas y fueron incorporados al Imperio durante la última mitad de siglo previo a la conquista española.

En 1996, un grupo de trabajadores madereros que talaban en la cercanía de Laguna de los Cóndores avistó un número de pequeñas estructuras semejantes a casas, adosadas a la cornisa de un acantilado rocoso, sobre dicha laguna. Abriéndose paso hasta el sitio, los trabajadores encontraron media docena de recintos funerarios – chullpas – de argamasa y piedra, que contenían unos 225 fardos funerarios, junto a 32 quipus. Los intrusos saquearon las chullpas durante un período de varias semanas antes que las autoridades supieran del descubrimiento y establecieran control sobre el sitio. Además de los fardos funerarios y quipus, los restos culturales en Laguna de los Cóndores incluían esculturas talladas en madera, cerámica, calabazas grabadas y una variedad de otros objetos que databan de finales del período prehispánico hasta principios de la época hispánica colonial. La responsabilidad del rescate y preservación del material cultural de este importante sitio funerario, recayó en la antropóloga física peruana, Dra. Sonia Guillén. Ella y su colega, Adriana von Hagen, montaron una operación de salvataje del material arqueológico, que fue depositado en el museo de la cercana población de Leymebamba.

El estudio de los quipus comenzó en 1998 bajo la dirección del Dr. Gary Urton. Entre ellos destaca un interesante ejemplar que tiene más de 762 Cordeles Colgantes. La mayor parte de ellos –es decir 730– están organizados en 24 grupos de aproximadamente 30 cordeles cada uno, configurando dos secciones que contienen cálculos que se acercan a la suma de los días de dos años: 365 + 365 = 730 días.  También se ha sugerido que este quipu, posiblemente del tipo calendárico, podría haber contenido los datos del tiempo de labor de 3000 tributarios, divididos en tres grupos de 1000, dentro del territorio de Chachapoyas. Esta interpretación se sustenta en el evidente ordenamiento de su estructura, así como en la información obtenida en documentos coloniales tempranos de esta región, que dan fe sobre la particular forma de calcular y organizar a la población tributaria que existía a fines del Imperio Inka.