Mantos funerarios de Paracas: Ofrendas para la vida – 2015

Limpieza superficial de un fardo funerario recién excavado, cementerio de Wari Kayán, 1927 (Archivo INC/ MNAAHP, Inv. 622-PAR/52).

Julio C. Tello abriendo un fardo funerario de Paracas en el Museo de Arqueología, Perú, 1937 (Archivo INC/MNAAHP, Inv. AT-622 PAR/101).

Julio C. Tello, padre de la arqueología peruana. Retrato de su graduación en la Universidad de Harvard, EEUU, s/f (Archivo INC/MNAAHP-UA).

El Cementerio de Wari Kayán.

El Cementerio de Wari Kayán.

Representación del cementerio de Wari Kayán y fardos funerarios.

El Cementerio de Wari Kayán y su descubridor

En 1927, el arqueólogo peruano Julio César Tello descubrió dos grandes cementerios en el promontorio rocoso de Wari Kayán, en la árida península de Paracas, a unos 250 kilómetros al sur de Lima. Contenían cientos de fardos funerarios enterrados a profundidades que variaban entre 1 y 5 metros. Poco antes, Tello había identificado allí una fase diferente de esta sociedad llamada Paracas Cavernas, por lo que concluyó que los nuevos hallazgos representaban una fase más reciente. La denominó “Necrópolis” porque las sepulturas consistían en múltiples cámaras subterráneas construidas dentro de los recintos de un antiguo poblado, lo que le sugerían una suerte de “ciudad de los muertos” (necro, muertos; polis, ciudad).

Tello desenterró 429 fardos. Entre 1930 y 1960, un centenar de ellos fue abierto e inventariado, sacando a la luz un oculto tesoro textil sin parangón en el mundo: cientos de telas bordadas y tejidas (sudarios, prendas de vestir, etc.), así como un número considerable de ofrendas mortuorias hechas en cerámica, metales nobles, piedra, plumas y otros materiales orgánicos.